LA
TRISTE IRRACIONALIDAD DE QUIENES NO TIENEN NADA QUE APORTAR
AL DEBATE.
Por Rogelio Cedeño Castro.
La racionalidad de quienes nunca contribuyeron
con sus ideas (si es que en verdad las tienen) a la discusión
sobre el presunto acuerdo comercial con los Estados Unidos
y el resto de Centroamérica (TLC CAEU-RD) es de lo
más extraño de que se tenga memoria, dentro
los anales de nuestra vida universitaria. Es la racional irracionalidad
de quienes aparecen, en las sombras de la madrugada, rompiendo
las mantas y los afiches de quienes se oponen a la aprobación
de tan nefasto documento, al interior de una institución
seria como la Universidad Nacional, donde se han producido
varios libros y muchas decenas de artículos sobre el
tema.
Estos universitarios del Sí, encabezados
por la profesora Marielos Alfaro, han tenido casi cuatro años
para hablarnos y convencernos de las bondades del mentado
TLC, lo que sucede es que su racionalidad parece ser tan pobre
y escasa que prefirieron acudir a las vías de hecho,
para presentarse como las víctimas de la ausencia de
libertad y de la intolerancia de los oponentes al TLC, al
parecer siguiendo los consejos del memorándum de Kevin
Casas y Fernando Sánchez de venderle a la población
la idea de que ellos son fieles a las instituciones democráticas
y sus adversarios no.
Todo esto sucede cuando, en todo el país,
el círculo de hierro de la dictadura de los Arias acentúa,
cada día más su control sobre los medios de
comunicación, en procura de convertir la comunicación
masiva en un coro de loas al régimen imperante. Como
un dato alarmante más, acaban de cerrar el espacio
radial independiente. SIDERAL INFORMA, del periodista Carlos
Salazar, que se transmitía todos los días, a
través de la Radio Sideral de San Ramón, provincia
de Alajuela. ¿Es esta la democracia que defienden quienes
acostumbran a montar provocaciones en las sombras?
Las anteriores son las primeras reflexiones
que acuden a mi mente, a propósito de un texto del
señor Alejandro Barrantes Requeno (suponemos que se
trata de una persona real y no un montaje publicitario más),
titulado “UNA mañana triste para la racionalidad”.
Con el típico tono de los jóvenes que se sienten
respaldados por la dictadura mediática nos habla de
la intolerancia e irracionalidad de los del NO, cuando en
este país las verdaderas víctimas de la intolerancia
son los trabajadores de la empresa privada, en especial los
de las zonas francas, quienes no tienen derecho a la libre
sindicalización y están obligados a afiliarse,
de manera “voluntaria” a unas asociaciones solidaristas
controladas por sus patronos. En ese medio, en donde todos
los días se les exige votar por el Sí o de lo
contrario perderán sus empleos es donde opera la racionalidad,
por excelencia, de quienes vienen en las sombras de la noche
a montar una provocación para descalificar a nuestra
comunidad universitaria.
La obsesión del señor Barrantes
contra el sindicalismo universitario, nos confirma con creces
nuestra firme convicción de que en el paraíso
totalitario, dentro del que viven el y sus amigos, el sindicalismo
no existe ni tampoco la libre asociación política
de los trabajadores. Es por esto que el y sus amigos se sienten
extraños en el espacio libre de la universidad pública
costarricense, dentro del cual la pasión por defender
a la patria de los nuevos filibusteros se fundamenta, aunque
a ellos les duela, en la racionalidad y el conocimiento sistemático
que hemos venido construyendo durante estos años. En
vez de preocuparse acerca de que el apellido del actual secretario
general del SITUN coincida con el del gobernante de un país
vecino, deberían demandar libertades sindicales para
todos los trabajadores de este país. Cuando propongan
un debate abierto y libre, al interior de las empresas afiliadas
al sindicato patronal UCCAEP, acerca del TLC y sobre las libertades
sindicales, podríamos empezar a creer que están
hablando con seriedad y no repitiendo consignas que les dictaron
en el Barrio de El Zapote de San José.
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