SE
ABRE CON MÁS FUERZA EL CAMINO DEL PUEBLO
Hemos observado la consumación de un “referéndum”
a todas luces tramado entre dirigencias de las clases dominantes,
al son de temores e intereses; al ritmo de ansiedades y sometimientos,
maquinándose la negociación para justificar
una salida maquillada con ungüentos democráticos,
a la disyuntiva desgajada de la confrontación ante
el grotesco fardo propalado como “TLC”. Se premeditó
el amortiguamiento de la conflagración social, se urdió
una elegante desmovilización de la protesta popular,
se perpetró una mediatización de la acción
de masas. Para la mafiocracia gobernante constituía
una opción brillante para confirmar con la legalidad
vigente la legitimación, y de esa forma “ratificar”
el ignominioso “tratado”.
Los riesgos de ese “referéndum” advertidos
desde sus orígenes se fueron plasmando uno a uno como
si fuese profecía maléfica. Tras cortinajes
palaciegos se montó un “referendo” fraguado
en contubernio vergonzoso. La dictadura de los “hermanos
Arias” se apunta un zarpazo certero, para en confabulación
con la mayoría mecánica de la Asamblea Legislativa,
facilitarle al Tribunal Supremo de Elecciones la formula de
convocatoria de antemano convenida, que se convierte en la
página más perniciosa de corrupción y
despotismo desprendida del libreto sistemático e histórico
de la oligarquía.
Una danza macabra de anomalías, abusos, trampas y
dolos se fueron sucediendo a lo largo de este sainete infecto
dirigido a manipular al pueblo costarricense con la demagogia
insultante, rastreras promesas y el totalitarismo de los politicastros.
En todo momento, desde los primeros asomos del mencionado
“referéndum”, declaramos nuestra oposición
a la guisa electoral, comprendiendo que se estaba condenando
la lucha contra el mal llamado “TLC”, a un callejón
sin salida.
Con claridad deploramos esa componenda tejida con la participación
de las distintas esferas de la estructura del Estado, ya que
ensuciaba la honradez, la valentía y la decisión
del pueblo que en múltiples manifestaciones había
dicho NO, que con determinación ejerció desde
años atrás su derecho de único soberano,
convocando una genuina, directa, y activa democracia, levantado
un auténtico REFERENDUM popular, universal, inalienable,
sostenido desde abajo, sobre las bases y médula del
pueblo. Con firmaza nos opusimos a cualquier intento de beneplácito
o aprobación institucional del galimatías opresivo
dictado por la tiranía washingtoniana, sobre todo,
cuando el capital transnacional y sus cómplices caseros
lo compelen con tapujos y subterfugios,
Percibimos una artera maniobra con el fin de debilitar la
acción popular en las calles, con el objeto de sofocar
el descontento y la agitación de masas, con el propósito
de reducir la fortaleza del movimiento social en crecimiento
y el incremento de su movilidad, la unidad de sus filas, de
su capacidad política de alianzas, táctica y
estratégica. Pretendían quitarle la iniciativa
a las fuerzas populares; retraer la acción directa,
la actividad independiente, la combatividad de los frentes
regionales, que hacían valer el terreno de la movilización.
El pueblo organizado los estaba venciendo en cada reyerta,
en cada asalto, lo cual se ratificó el 28 de febrero
con aquella marejada beligerante que arrastro a los vende
patria, doblegó a los neoliberales y corporaciones
transnacionales, puso a temblar a la dictadura y su séquito,
y sentenció el agravio y el injerencismo despreciable
del Embajador yanki.
Desde el principio denunciamos la astucia del “referéndum”
contenida en el ardid de trasladar la pelea alrededor del
edicto de colonización y esclavización moderna
esgrimido desde la Casa Blanca, al ámbito electoral
donde los sectores hegemónicos, los políticoides
de carrera, los círculos del estado, los especuladores,
tecnócratas de las cámaras empresariales y los
falsarios de la información, en connivencia con los
emires del imperio y de la corporatocracia internacional,
tienen el control total Esta casta usurpadora monopoliza los
medios de prensa, compañías televisivas, radiofónicas,
empresas encuestadoras, en sus manos están todas las
entidades estatales incluidos tribunales, Sala IV y el TSE;
acapara los recursos económicos, etc., por ende establecerían
las condiciones del juego; tal y como ocurrió.
Con esa superioridad abismal, con el TSE, la Sala IV y el
Parlamento cumpliendo dócilmente las órdenes
del gobierno autoritario de turno, dimensionar una “consulta”,
justa y participativa era ficticio, de tal manera que se degeneró
en lo diametralmente opuesto, y asistimos a un teatro deplorable
e infame de inequidad, tropelía, desigual y arbitrario,
complementado con inconstitucionalidades, y abusos de toda
índole, hasta culminar con escenas de terrorismo de
estado, y la mentira rampante del fascismo., como corolario
de un absurdo, de un adefesio antijurídico, de un mamarracho
viciado de nulidad de cabeza a rabo.
Nos opusimos siempre al acatamiento de la formalidad, al
mandato oficial, nos revelamos a obedecer los decretos del
orden imperante. Ante el totalitarismo, sus mecanismos de
subordinación y su aparato de enajenación; que
por tanto tiempo ha llenado de ignominia y humillación
al pueblo costarricense, nos mantuvimos incólumes portando
en alto banderas de combate contra los invasores, su esperpento;
el mal llamado “tlc”, y sus peleles criollos,
engarzando el accionar cotidiana por la soberanía,
la dignidad y el decoro junto a los movimientos patrióticos
y los colectivos de lucha.
Rechazamos en cualquier circunstancia intención de
convertir el movimiento social en una maquinaria electorera,
quitándole su protagonismo innegable, vaciándolo
de contenido, desnaturalizándolo y arrojándolo
al furgón de cola del tren de los contingentes del
entramado social, cuando irrefutablemente debe ser preponderante
en la contienda. Sectores aliados de la burguesía nacional
se autoerigieron con petulancia y engreimiento, en la comisión
política y diplomática de la lucha contra el
“tlc”, y posteriormente en la arena del “referéndum”,
dictaron directrices, hicieron y desarreglaron, arrogándose
la dirección del movimiento patriótico del NO.
Esa actitud fue un error que se agrega a los yerros políticos
de la recien pasada etapa de la lid, los cuales debemos asumir
y obtener las enseñanzas pertinentes del mismo.
La unidad es necesaria sabedores de que el ensanchamiento
de las alianzas propiciará una correlación de
fuerzas favorable. Pero, no podemos confundirnos y hacer de
la unidad un fetiche y un fin en si mismo, cuando la unidad
se debe construir a partir de principios programáticos,
de los objetivos tácticos y estratégicos del
movimiento. La unidad no puede erigirse en abstracto, se articula
desde la diversidad, soldándose tácticamente
en los puntos de concordancia, y estratégicamente tendrá
que basarse en los fundamentos y objetivos de lucha.
Debemos superar el capítulo oscuro del “referéndum”
salir con la cara al sol, con una organización popular
y patriótica más fortalecida, una consciencia
granítica, un enriquecido acervo de experiencias y
más coraje. Contestar a la “victoria” pírrica
de los testaferros del imperialismo transformando lo que ha
sido un desliz momentáneo en un triunfo con proyecciones
estratégicas. Hay que redimensionar la nueva etapa
de lucha entrando a un nivel superior de acciones, de golpes,
pasando rápidamente a la ofensiva.
Así las cosas, proponemos declarar nuestro repudio
al “referéndum” de marras como un acto
viciado de nulidad de principio a fin, por representar una
burla más al pueblo sencillo y honesto, por instituirse
en un ultraje a la honradez ciudadana, por significar una
extorsión a la inteligencia, y un atropello a la conciencia
del pueblo costarricense. Desconocer los resultados del mismo
por estar enlodados por la iniquidad, el cinismo, el abuso
y la corrupción. Denunciar el “referéndum”
como un fraude insolente y un agravio a la integridad nacional.
Rechazar todo intento que pretenda aceptar la secuela del
“referéndum” como una “aprobación”,
“ratificación” o “tramite”
de la ordenanza neocolonial apodada “TLC”, ya
que hacerlo sería un acto insensato de legitimación
del mismo, y por ende la firma de una capitulación.
Recusar la prepotencia institucional después de ese
aciago trance en el que la institucionalidad costarricense
fue arrastrada en el fango de la arbitrariedad, del absolutismo
y del contubernio de los poderes que no le da garantía
ninguna a las mayorías populares, impugnar ese modelo
político que se precipita en una agonía sin
retorno y a un colapso innegable. Reafirmar que el camino
definitivo que le queda al pueblo para luchar por sus demandas,
defender sus derechos y decidir el futuro de la sociedad es
la democracia de las calles.
Llamar a los contingentes patrióticos fogueados en
todas las latitudes de la geografía nacional, a que
se integren a lado de las estructuras establecidas del movimiento
popular con el propósito de robustecer la red social
de lucha, rearticular una resistencia más firme y combativa,
asumiendo con el compromiso que nos ha enlazado hasta ahora,
las batallas decisivas por la derrota total y definitiva del
“TLC”, la agenda de instrumentación y los
planes de opresión de los neofilibusteros imperialistas.
Animar a todos los contingentes del movimiento social a llevar
a nuevos planos la lucha del pueblo, el desafió histórico
nos conmina a reagruparnos con valentía, ecuanimidad,
madurez y humildad, sostener en lo más alto el puño
patriótico y antiimperialista, y llevar hasta las últimas
consecuencias la contienda por la soberanía y la dignidad
nacional. Alentar a las fuerzas populares y patrióticas
para posesionarse de las calles, parques, plazas y carreteras,
propagando la movilización, eslabonando acciones, aplicando
oportuna, contundente, simultánea y ágilmente
todas las formas de lucha, de forma tal, que desemboque en
una huelga general. Convencidos de que la protesta social,
la movilización y la acción de las calles es
el espacio natural donde el pueblo puede decidir, donde puede
generar los cambios políticos y sociales que los tiempos
exigen.
Con el propósito de paralizar el contrabando legislativo
y atajar la banda parlamentaria traficantes de soberanía,
patrimonio, dignidad y riquezas nacionales, proponemos llevar
adelante el boicot y bloqueo del Congreso, complementado con
un mecateo sistemático. Comprendiendo que tácticamente
es imperativo inmovilizar el parlamento para detener el vandalismo
de los secuaces del capital transnacional, que están
cocinando a tambor batiente las agendas de instrumentación,
como piezas del engranaje para consumar la cuchillada anexionista
con el cavernario “tratado”.
Exteriorizar una repulsa general a la prensa capitalista,
a las empresas publicitarias, a las compañías
encuestadoras, a consultores y politólogos por realizar
un ejercicio indecente y malicioso de sus actividades profesionales,
sirviendo tendenciosamente a las corporaciones transnacionales,
a la dictadura de los Arias y los Emisarios de Washington.
Todo lo anterior solapados en la máscara impúdica
y farsante de la objetividad, la libertad de prensa, la sacrosanta
empresa privada, la economía de mercado y el tergiversado
derecho a la información.
Exhortar al movimiento social, patriótico y popular
a converger plasmando una plataforma común de lucha,
a confluir forjando el movimiento organizado desde las bases,
desde los frentes regionales desde abajo, a concurrir construyendo
la unidad en la acción, a saber levantarnos de las
caídas con hidalguía, a superar los tropiezos
con mesura, con tesón y con generosidad. Estimular
el optimismo, el entusiasmo y la constancia, recomendando
una perseverante actitud de vigilancia para condenar todo
síntoma de doblez, de traición, y de concertación
entre cúpulas. Insinuar al pueblo llamo a largarle
en la cara a los políticos, especuladores, oportunistas,
apátridas, plutócratas, renegados, esbirros,
serviles e invasores ¡NUNCA MÁS! En las calles
los aplastaremos, en el campo y la ciudad enterraremos la
invasión y conquistaremos la libertad.
OSCAR BARRANTES RODRÍGUEZ
POR: COMITÉ CÍVICO DE OCCIDENTE
SAN RAMÓN – COSTA RICA
27 DE OCTUBRE DE 2007.
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