EL “REFERÉNDUM” SERÍA LLEVAR
A NUESTRO PUEBLO
A LA GUILLOTINA
Hablar ahora de “referéndum” relacionado con el “tlc” es legitimar esa capitulación ya firmada por los grupos hegemónicos con los gringos, ese edicto de miles de páginas de sofisticadas reglas y pautas, llenas de complejidad jurídica, de categorías económicas y conceptos vinculados al derecho internacional y a las leyes dictadas por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esa acta de rendición presentada en ingles y varias veces rubricada por los oligarcas entreguistas sin conocerla siquiera y, que es una madeja de normas engarzadas hábilmente, de tal manera que siempre “el libre comercio”, propalado por sus auspiciadores imperialistas, es decir los negocios y las ganancias del capital, estarán por encima de cualquier consideración humana. Ni más ni menos significa que las transnacionales tendrán “para la eternidad”_ según su visión apocalíptica_ las ventajas absolutas, la iniciativa, el sartén por el mango.
Ese texto infernal, esa entelequia que quieren convertir en la “nueva Constitución Política”, para terminar de someter a la nación costarricense a la condición de colonia y a nuestro pueblo a un orden de semiesclavitud. Ese paquete macabro lleno de celadas, de artimañas, de veneno solapado con el que pretenden desencadenar esa tragedia descomunal a la que precipitarían a este país y con la que están comprometidos los sectores gobernantes y que junto al capital transnacional intentan ejecutar; incluso, usando ardides como el del cacareado “referéndum”.
El llamado a una “consulta popular” para decidir sobre la aceptación o no de los términos de un vínculo “comercial”, político y militar con los Estados Unidos, enmarcado en las directrices o mejor dicho en los tentáculos del apodado “libre comercio”, era válido antes de promulgar o consumar cualquier gestión sobre el asunto, no después de cuatro años y medio de conciliábulos, de confabulaciones, de “negociaciones”, de trámite legislativo, de decretos ejecutivos, como está sucediendo con el caso del “tlc”.
Ahora sacan de su “sombrero mágico” el artilugio del “referéndum”, como una definitivamente evidente maniobra de los enemigos de la patria y del pueblo, para extraer la lucha del ámbito de la movilización y la protesta donde los sectores populares han ganado la iniciativa, y llevarla al campo donde las condiciones le son favorables, donde pueden revertir la correlación de fuerzas y así retomar la iniciativa. Ante todo cuando sabemos que el pueblo organizado los ha estado derrotando contundentemente en las calles y en ese terreno los terminaría enterrando.
Es inverosímil que se esté admitiendo la viabilidad del señalado “referéndum” en momentos cuando las condiciones de la confrontación indican, con claridad, que es en el terreno de la protesta y las acciones de calle donde el pueblo ha venido triunfando y ha obtenido victorias históricas, las cuales lejos de dejarlas enfriar, debemos exaltar y propulsarlas como un factor que catapulte con más vigor la beligerancia de las masas. Las clases dominantes estaban horrorizadas por el rumbo que ha tomado el conflicto, a sabiendas que en el espacio de la movilización, la acción directa y la autogestión popular, tienen asegurada una derrota aplastante, porque en ese teatro confrontativo en el que la fuerza popular y la articulación del movimiento social es dominante, es el lugar donde el pueblo tiene realmente capacidad de decisión y poder efectivo.
Es absurdo pensar que se ha logrado una conquista con la posibilidad del “referéndum”, por el contrario es un hecho deplorable y ominoso ya que se frena miserablemente la ofensiva del movimiento popular para colocarlo a la defensiva. Es otro momento oscurantismo cavernario, de maniobras encubiertas, de maquiavelismo clásico, donde se observa la maquinación de los círculos de poder y de su arsenal de chantaje, de manipulación, de maniqueo, de cinismo, de manejo indiscriminado de la demagogia, de compra de conciencias, de apuesta a las ambiciones de dirigencias burocráticas, oportunistas y claudicantes del sindicalerismo pusilánime. No hemos batallado con tanta perseverancia, abnegación y hemos dejado tanto sudor y sacrificio en las calles, para alcanzar un “logro” tan pírrico y más bien lo que nos encontrarnos es con una emboscada para decapitar la iniciativa, la autonomía y decisión popular.
Sacar la lucha de la vía de la confrontación es un acto criminal y desgraciado, creer e incursionar en el charco del “referéndum”, es un desliz de traición a la patria y una estocada a la dignidad del pueblo costarricense. Es de tal magnitud como si en 1856 Juan Rafael Mora en lugar de llamar al pueblo a las armas, se hubiese ido a negociar con el coronel Schllessinger jefe de las tropas invasoras acantonadas en Santa Rosa o con William Wallker jefe de los filibusteros. Hay que entender que el adefesio del “tlc”, las agendas de instrumentación y un referéndum como el que están promoviendo son la misma cosa, o parte como se ha planteado de un mismo engranaje. Un posible “referéndum” estaría legitimando, o peor aún, dándole un carácter constitucional a los planes de dominación que encierra el “libre comercio” y el mal llamado ”tratado”. ¿ es posible que no se perciba la patraña, la intriga, el montaje de esa trama infame?
¡ Bueno en todo caso! Si se algunos sectores; y por supuesto las diferentes fracciones de la burguesía, se sienten tan bien chapaleando en las aguas mansas de la “democracia”, demudando sus contenidos ciertos, usurpando su esencia pura, deformando su carácter histórico, para utilizarla falazmente y en su nombre perpetuar la opresión social, no insistan en cometer otra canallada, no atenten de nuevo contra la dignidad y el decoro popular. De lo que pueden estar seguros es que en los tiempos que corren el pueblo costarricense ha crecido políticamente, tiene mas cultura de lucha, ya no es el mismo pueblo “domesticado” del pasado, hoy amplias capas sociales leen mejor la realidad y no se dejará engatusar una vez más con los cantos de sirena de la demagogia trasnochada.
De lo que podemos tener plena seguridad al interpretar los acontecimientos, el desenvolvimiento social, el antagonismo de clase y político de los últimos años y particularmente los combates sociales escenificados y protagonizados por diversos sectores populares de la sociedad costarricense. Al analizar las luchas de campesinos, comunidades, estudiantes, educadores, trabajadoras, pescadores, amas de casa, profesionales, ambientalistas, obreros agrícolas, empleados , mujeres y hombres en general, que enlazados mas coherente y consistentemente han repudiado la doctrina neoliberal, las medidas gubernamentales antipopulares, los programas de privatización, el establecimiento de monopolios transnacionales y frente a la imposición del mal llamado “tlc” y de los planes de dominación imperialista, es que sin lugar a dudas en este país ya hubo referéndum.
Ya el pueblo costarricense en movilizaciones multitudinarias, marchas, bloqueos, huelgas, cierre de carreteras, foros, coloquios, conversatorios, reuniones y en multifacéticas formas de manifestación, ha expresado su sentir y ha declarado con cristalina voz su decisión de rechazo total a las pretensiones de implantar el “tlc” y su estela de oprobiosa expolición, empobrecimiento y coloniaje. Con millones de personas saliendo a las calles a lo largo de estos años, en las batallas de los arroceros, paperos y cebolleros desde 1998. En la lucha contra el Combo-ICE en el año 2000, en las acciones de las poblaciones de Talamanca y Sixaola en el 2001, en las tomas de tierra de Bambuzal y la Zona norte, entre 2001 y 2004, en las jornadas heroicas de lucha contra el monopolio inconstitucional de RITEVE, entre 2002 y 2204, en las peleas de los pescadores y arroceros entre 2001 y 2003 y en las amplias movilizaciones desde enero de 2003 y hasta nuestros días en la combativa e irreversible resistencia ante el “tlc”.
Este pueblo comandado por las agrupaciones más atrevidas y los sectores más concientes ha dicho “tlc” NO, ha “votado” sin apelaciones por el No al “tlc”, ha bregado por la derrota de todas las formas de imposición de los intereses del gran capital corporativo extranjero, incluidas las denominadas agendas de instrumentación del “tlc” y otras fórmulas del recetario promovido por el régimen fascista de Washington. Ya el pueblo de Costa Rica hizo su referéndum, un grandioso e incontrastable referéndum moral, el verdadero referéndum, el referéndum real proclamado por su iniciativa y forjado desde su corazón, desde sus necesidades, desde sus aspiraciones y anhelos, desde sus demandas más sentidas, desde su determinación a defender hasta las últimas consecuencias la soberanía.
Que “la tiranía en democracia” _ como el mismo gobierno de los hermanos Arias se han dado en llamar_ , la embajada yanqui y la corrupción politiquera no vengan con el galimatías del “referéndum”, el pueblo costarricense seguirá construyendo referéndum desde las entrañas y médula misma de su razón de ser, desde las comunidades y barrios, desde las universidades y colegios, desde los campos y ciudades, desde fincas y centros de trabajo. Hará valer su decisión a continuar eligiendo desde su terreno, el de la movilización y la protesta social. La consulta popular es la que día a día y noche a noche se esta plasmando en todos los rincones del territorio nacional donde colectivamente se intercambian ideas, se enarbola la sabiduría popular, se retoman las tradiciones de lucha, se acuerdan nuevas actividades, acciones e iniciativas.
La democracia no se ejercita por decreto, ni se resuelve en las esferas que administran la legalidad, ni se dictamina en las cúpulas ejecutivas, legislativas o en los tribunales en las alturas del poder, ni es un producto del utilitarismo industrial, ni es una invención de la ideología de consumismo. La democracia es el resultado efectivo de la participación en .la toma de decisiones desde abajo, es una creación que se modela en la actividad autogestionaria del pueblo mismo. Esa es la democracia participativa que el pueblo de Costa Rica ha venido concibiendo y recreando en las calles, en las plazas, en los parques y los caminos, es el referéndum de la actividad cotidiana que aflora desde su alma con la decisión irrevocable de acrecentar esa marejada popular, que desde todas direcciones continuará acorralando y arrasará con los invasores y sus cómplices.
Oscar Barrantes Rodríguez
Miembro: Comité Cívico de Occidente,
Asamblea del Pueblo.
San Ramón - Costa Rica, mayo de 2007.
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