EL MOVIMIENTO POPULAR CAMINA LA PRENSA ANACRÓNICA LADRA
Algunos sectores del movimiento popular hemos sido suficientemente directos cuando hemos afirmado que la lucha contra el inútilmente definido “tlc”, es una lid que en el fondo y en la superficie es de naturaleza ideológica. Podrá ser cierto que otros han intentado vadear esa realidad por razones políticas o tácticas, que no interesa desgranar aquí. Lo que no estamos dispuestos a admitir es lo que lanza temerariamente el diario La Prensa Libre al indicar; “algunos sectores han llevado el asunto al plano ideológico, pero no lo reconocen...cuando se trata de asuntos que a ellos mismos les interesa, suelen cambiar de perspectiva”. (La Prensa Libre. Editorial, 08-5-07)
Efectivamente la confrontación actual gira alrededor de los planes evidentemente expansionistas, colonialistas y explotadores, los cuales; como se ha demostrado hasta la saciedad, responden a la política de dominación de los Estados Unidos. La misma, concordante con los intereses del capital transnacional, del cual los emisarios del estado imperialista, son sus voceros y representantes ante los gobiernos supeditados, que requieren encarrilar y someter a su estrategia económica, política y militar.
Con claridad meridiana el movimiento popular costarricense ha establecido como objetivo central de este enfrentamiento, la derrota total y definitiva del “tlc”, “proyectos” de instrumentación y demás planes regidos por la oscurantista doctrina neoliberal, que la Casa Blanca y las agencias económicas y financieras internacionales han fraguado; con el propósito de extender aún más, las garras expoliadoras de las corporaciones transnacionales.
En el meollo de la cuestión está la defensa de la soberanía alimentaría, de los recursos naturales inalienables como el agua, los bosques y la biodiversidad, se encuentran los derechos fundamentales como la salud, el estudio, al trabajo y las garantías sociales, la
producción autóctona, el derecho a la subsistencia, al libre aprovechamiento de nuestras semillas, flora y fauna, de las conquistas populares y de los derechos humanos. Implica alcanzar la verdadera independencia, el derecho a la autodeterminación, la posibilidad de optar a una sociedad liberada de la bestialidad depredadora del capitalismo, en fin, se trata de lucha del pueblo por el derecho a la vida. Por eso, denunciamos las falsedades urdidas y las estratagemas montadas para tratar de imponer ese paquete anexionista y, combatimos los actos de injerencismo de la embajada gringa y a los grupos gobernantes cómplices de esta invasión.
Para nadie es un secreto que los Estados Unidos “ no tiene socios, tiene negocios”, no obstante, partimos de una realidad más cruda y grave que es el peligro que para nuestros pueblos significa toda política salida de Washington, toda ley amasada en el Capitolio, toda medida perpetrada en el Pentágono. En la ordenanza planteada como “tlc” está impresa la señal opresora de un régimen de tintes recalcitrantemente fascistas, totalitarios y terroristas. El editorialista referido se aventura haciendo especulaciones como; “Nótese como en realidad el tema central gira alrededor del papel de los Estados Unidos en la región, y como se puede hacer para restar influencia a ese país... independientemente de las consecuencias que eso implique para Costa Rica”. (La Prensa Libre, editorial, 08-5-07).
Lo que pasa es que estamos enfrascados en esta conflagración, precisamente, para superar las funestas consecuencias que se precipitarán sobre nuestra nación, como resultado de las políticas de dominación de la metrópoli imperialista del norte.
De ahí que, en su enfermizo y caduco cinismo los títeres del autoritarismo imperial, “se vuelven más papistas que el Papa”, se convierten en “las palomas disparándole a las escopetas”. Se revuelcan como sabandijas en el estiércol de la postración y el sometimiento. Reptan a los pies de las falanges intervencionistas que desde 1856 se han confabulado en el norte del continente, y cuyos efectos letales se han desbordado sin piedad sobre nuestros pueblos. Hoy intentan indignamente justificar la intromisión descarada del embajador norteamericano _Mark Langdale_, el cual se atreve; con soberbia insolente, a declarar, “a favor del acuerdo y del sí en el referéndum que vendrá en septiembre”. (Prensa Libre. Editorial, 08-5-07)
Pretenden engendrar un argumento para encubrir el detestable acto de injuria a la integridad nacional proferido por el procónsul yanki. Para ello, han utilizado un hecho normal y hermoso como fue la presencia de banderas de la República Bolivariana Venezuela en las celebraciones del Primero de Mayo. ¡Por favor! No vengan con pretextos y subterfugios de ese corte, en su vano objetivo de excusar la afrenta del representante de Gerorge Bush en Costa Rica.
Cualquiera que esté al tanto de la actividad política y social conoce que el Día Internacional de los Trabajadores (as), es una fecha que sirve para que la clase obrera y los sectores populares enarbolen sus desmandas, derechos y exigencias. Además, es un momento que se aprovecha para conmemorar los triunfos de los pueblos, y una bella ocasión para hacer patente la solidaridad internacional con las luchas sociales, todo como parte de una legendaria tradición y cumpliendo consecuentemente con el principio del internacionalismo proletario.
El pendón Amarillo, Azul y Rojo de las ocho auroras refulgentes ondeó diáfano en las calles de san José, movido por los vientos de transformación que soplan por Latinoamérica. Fue llevado por costarricenses que con alegría nos manifestamos para reconocer los avances y logros del pueblo venezolano al calor de la Revolución Bolivariana. Porque las fuerzas de avanzada mostramos una profunda satisfacción y esperanza con la promulgación de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA). Esa extraordinaria iniciativa despeja el camino a nuestras vejadas naciones, promoviendo una vía de vanguardia, edificando relaciones entre los pueblos que se sostienen en pilares fundamentales como la cooperación, la integración, la solidaridad, la igualdad y la justicia social.
Lo decimos claramente, estamos celebrando con entusiasmo que comunidades nacionales, en Esparza y San Ramón estén recibiendo ayuda material, técnica e inversión, de la República Bolivariana de Venezuela a través de convenios con la CVG ALUNASA (Empresa que pertenece al estado venezolano y que opera en Juanilama de Esparza), y lo cual se está reflejando en reconstrucción de escuelas y otras obras comunales. Porque con la Revolución Bolivariana los beneficios de la extracción de las riquezas naturales y las exportaciones, ahora se convierten en viviendas, salud, educación, cultura y desarrollo humano, es decir pasan al pueblo venezolano, mejorando sus condiciones y calidad de vida.
Ya no se pierde, ni lo dilapidan, ni se lo engulle la voracidad de la aristocracia petrolera y la oligarquía, que en el pasado se repartían las multi-billonarias ganancias con las compañías transnacionales. Lo que sinceramente es trascendente, meritorio y significativo, es la realización del espíritu de Bolívar, de su ideal integrador, cuando los pueblos latinoamericanos también reciben las transferencias de ese proceso socializador y la colaboración del pueblo venezolano, que en Costa Rica se expresa además, con la extensión de la Misión Milagro Internacional a decenas de coterráneos.
La República Bolivariana de Venezuela no se “inmiscuye en los asuntos del país”, es insostenible la especie propalada “de la actitud generalmente hostil de Chávez hacia nuestro país, de su apoyo millonario a los movimientos que lo representan…” (La Nación, Editorial, 04-5-07) Muy diferente es el trato amistoso hacia Costa Rica y su pueblo, lo prueba con iniciativas de inclusión social, complementariedad y reciprocidad en el marco de proyectos del ALBA y, con base en la política de responsabilidad social empresarial de CVG ALUNASA que se ha propuesto apoyar a los trabajadores, sus familias y la comunidad. Los hechos son contundentes y más bien lo que se observa es un reconocimiento del pueblo costarricense, por el impacto de esa integración social y económica.
Nosotros nos damos por “aludidos” y no nos “manifestamos contra la presencia de las banderas de Venezuela”. ( La Prensa Libre. Editorial 08-5-07). Por al contrario, las portamos con mucho orgullo porque al hacerlo traemos a nuestro suelo la brisa fresca de un pueblo triunfante, que esculpe democracia con su propio quehacer. reafirmamos las tendencias renovadoras del combate por la libertad, la independencia, la dignidad y por sembrar el valor de la unidad Bolivariana, que crece y se proyecta por el continente.
Aquí entre el pueblo costarricense lo que se percibe es, a ciencia cierta, un sentimiento de hermandad entre ambos pueblos, de solidaridad mutua, una evidencia tangible de apoyo del pueblo venezolano que se está encontrando con su destino, que está viendo la luz de una sociedad justa y que lo dice con realidades, compartiendo con los humildes, con grupos humanos abandonados a su suerte, contribuyendo a la solución de dramáticas necesidades y haciendo partícipe a nuestro pueblo, de esa distribución cada vez más equitativa de la riqueza creada por las fuerzas productivas venezolanas, y a la que aportan su grano de arena manos costarricenses.
Los medios de prensa nacional ocultan estos hechos de amor, de cooperación, de apoyo efectivo conducente a resolver problemas sociales, callan la verdad, tergiversan los acontecimientos o mienten con desfachatez insultante. Sabemos que se reúnen en conciliábulos tenebrosos para maquinar sus campañas, concordar en las líneas del engaño y definir el tono de la falacia con la que saldrán al aire y a las páginas de los periódicos.
Acá del único intervensionismo del que tenemos noticia y dolorosa experiencia, por tanto tiempo de penetración, enclaves, sojuzgación, depredación, empobrecimiento, atraso y miseria, es la siniestra, brutal y sangrienta práctica de dominación desarrollada por el imperialismo norteamericano y, del cual las oligarquías y sus piezas útiles han sido cómplices cobardes. Déjense de juegos de palabras. El pueblo costarricense ya no se deja manipular fácilmente. El movimiento popular encara las cosas de frente, hablamos claro y sabemos para donde vamos.
Siguiendo el ejemplo de la Revolución Bolivariana de Venezuela y del compañero Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, nos apegamos al pensamiento de Simón Bolívar y a su esencia liberadora, especialmente a los profundos elementos socialistas que se encuentran en sus planteamientos y propuestas. Caminamos, cabalgamos, avanzamos guiados por su rayo orientador, a cada paso estamos haciendo añicos los grilletes de la dominación neo-colonial, estamos reivindicando la soberanía de nuestras naciones, seguimos construyendo la patria única continental, Las nuevas generaciones de revolucionarios continuamos luchando por la emancipación y la integración auténtica de nuestros pueblos.
Oscar Barrantes Rodríguez
Miembro:
Asamblea de Pueblo
Comité Cívico de Occidente
San Ramón-Costa Rica
Mayo de 2007.
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