POR LA INDEPENDENCIA QUE DEBEMOS CONQUISTAR, LUCHEMOS CONTRA EL “TLC”
Costarricenses: arribamos al mes de setiembre con una patria desgarrada por décadas de sometimiento y entreguismo, de corrupción sistemática, de mentira oficializada y demagogia artera, de saqueo del Estado, de venta de las riquezas naturales y del patrimonio nacional a manos de las clases dominantes; los plutócratas, políticos y mercaderes que se han perpetuado en el poder utilizando un mecanismo electoral antidemocrático y fraudulento, manipulando la ignorancia de masas empobrecidas y retorciendo la conciencia de la nación entera.
El pueblo mientras tanto se encuentra inmerso en una realidad social donde campea el espectro siniestro de la miseria, la desigualdad, la injusticia, la discriminación, la inequidad y la exclusión. La infancia ha dejado de ser esa bella fase de la vida de seguridad materna, de nutrición y formación espiritual para el crecimiento físico y mental, de juegos, alegría ilimitada y sueños extraordinarios; para convertirse en la pesadilla de vivir o morir con hambre, de olvidarse de las escuelas, de amontonarse en el frío de los tugurios, de salir a la calle a mendigar un pedazo de pan, a entregarse a la explotación sexual o a constituirse en una fácil mercancía como fuerza de trabajo prácticamente esclava.
Los grupos hegemónicos que se han alternado en el poder a lo largo de 185 años, desde que nos informaron que habíamos pasado a la vida independiente; con algunas excepciones, aplicaron modelos económicos y políticos que a todas luces siempre provocaron o acentuaron la dependencia de las potencias metropolitanas, ya fuesen colonialistas y posteriormente imperialistas.
No se había secado la tinta del acta que nos declaraba independientes, cuando en Costa Rica se cortaba la vida a Francisco Morazán el 15 de setiembre de 1842 y con ello a un proyecto de unión centroamericana de auténtica fibra independentista. Todavía resonaba el trote del corcel montado por el correo que portaba la misiva anunciando la independencia, cuando hacia 1855-1856 sectores de la oligarquía apátrida negociaban en Estados Unidos, la neocolonización de nuestro territorio soberano. Posteriormente dejaron entrar a Minor Keith, a “Mamita Yunai” y se estableció la expoliadora economía de enclave.
Desde 1870 se hipoteca el futuro de la patria encadenando a nuestro pueblo a una deuda externa, que al pasar del tiempo se hace impagable y se convirtió en el instrumento de chantaje del capital financiero internacional, para condicionar empréstitos, los términos de intercambio comercial e imponer doctrinas económicas, directrices políticas y planes militares, acorde con el mandato de los centros de dominación mundial. Los consorcios gringos introdujeron sus garras exonerándoseles de impuestos y de toda obligación social, laboral y con el Estado. Así la United y la Standard fruit, la General Eléctric y la Firestone, la Coca Cola y la Cocoa Harris, la Chevron y la Texaco, Intel y Epson; la I.T.T y Kelloggs, Bank of América y Stone Forestal, entre otras, han extraído toneladas de plusvalía, de una clase trabajadora sometida a las mancillantes “ventajas comparativas”_ ruines desventajas sociales_ y aquilatado gigantescas ganancias transferidas a sus casas matrices.
Hoy un gobierno ilegítimo e inmoral artificio de la agrietada legalidad imperante, surgido del corroído y descompuesto sistema electoral vigente e implantado por la confabulación del sector del capital financiero, postrado a los intereses de las corporaciones transnacionales, está consumando la más ultrajante estocada a la ya maltrecha independencia, al ratificar un pacto político dictado por sus amos del norte y mal llamado “tlc”. Con ese acto tramposo y vandálico; presentado como un “tratado”y vestido con los falaces y hueros ropajes de una “negociación comercial”, se está abriendo el capítulo más vergonzoso e infame en la historia republicana de nuestro país. Los grupos gobernantes están asestando el golpe más devastador y cruel a la soberanía, a la libertad y al derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación.
Consideramos que los actos oficiales con los que esa falange de banqueros, empresarios, politicastros, especuladores, ministros, diputados y el Poder Ejecutivo, celebran; con una pompa ridícula el mes de la “independencia”, constituye una afrenta vil y canalla, que representa la mueca más grotesca e hipócrita de patrioterismo. Jamás legitimaremos la demagogia “patriótica” de las clases dominantes, de esa mafia usurpadora del poder, lacayos y vendepatria, cómplices del filibusterismo del siglo XXI.
Esos oligarcas criollos traidores a la patria, mercaderes de soberanía, ambiciosos despreciables que han sumido, a lo largo del tiempo, a nuestra patria en una oprobiosa dependencia y se atreven reiteradamente, a pisotear la dignidad de nuestro pueblo. Los mismos que asesinaron a Mora y Cañas y en la actualidad siguen masacrando su ejemplo e ideario emancipador. Esos; Como decía Vicente Sáenz, “franca y públicamente respaldados por los embajadores de la Casa Blanca y por los capataces de la United fruit … Representantes genuinos de la vieja actitud sojuzgadora norteamericana para mengua y humillación de nuestros pueblos”.
Portadores del legado patriótico de Juan Rafael Mora, el General Cañas, Dionisio Jiménez y las victoriosas fuerzas nacionales que aplastaron al invasor en 1856, hoy sabremos luchar de nuevo por la soberanía y por conquistar la verdadera independencia, por el derecho a la autonomía alimentaria, a la salud, al estudio y al trabajo creativo. Construyamos independencia rechazando toda imposición neocolonial. Continuadores del pensamiento de Carmen Lyra, Calufa, Aniceto Montero, Mario Sancho, Vicente Sáenz, Manuel Mora y Marcial Salas blanco, con el acervo, la rebeldía y la tenacidad que siempre ha caracterizado al movimiento popular costarricense, derrotaremos a los neoliberales, serviles y los designios insensatos de los sátrapas de Washington y del capital transnacional. Combatiremos hasta las últimas consecuencias por el derecho universal de nuestro pueblo a producir, a disfrutar de sus recursos naturales, a una sociedad justa y a decidir libremente su propio destino.
Decimos como José Martí:” El suelo nativo es la única propiedad plena del hombre, tesoro común que a todos iguala y enriquece, por lo que para dicha de la persona y calma pública, no se le ha de ceder ni fiar a otro ni hipotecar jamás” Hoy patriotismo es luchar por la derrota total y definitiva del llamado “libre comercio”, con su lastre de anexionismo y esclavización. Sepamos ser libres y morazanianos, aspiremos a lograr esa asociación ístmica; que como pensaba Bolivar, puede convertirnos en el “emporio del universo”. Derrotemos la invasión y conquistemos la independencia.
Oscar Barrantes Rodríguez
COMITÉ CÍVICO DE OCCIDENTE - SAN RAMÓN SETIEMBRE 2006.
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