¡Otra Costa Rica es posible!

“Nadie construirá nuestro futuro, si lo construimos nosotros.”

Ana Belén

Shirani Rojas Castrillo, Licenciado en Derecho,
Sede de Occidente, UCR

Es curioso observar cómo antes del comienzo de la primera ronda de negociaciones, en el 2002, casi no se nada tocaba del tema del TLC en la prensa, y si se hacía no se le daba mucha importancia; pero apenas comenzaron estas rondas en enero del 2003, el Gobierno y los medios han venido dándole al tema una importancia progresivamente mayor, pero siempre hablando de lo bueno que es, de cómo hay que negociar para que nos vaya mejor, de qué vamos negociando en bloque unido los centroamericanos(falso como demostró Guatemala)y de nuestra estrategia cómo país, de lo que no vamos a negociar y después cedimos hipócritamente(telecomunicaciones) y últimamente, de lo mal que nos iría si no lo firmamos.

O construyendo encuestas a partir de enunciados y preguntas que reflejan la visión y los intereses de un determinado sector ideológico, lo cual le resta objetividad y cuestiona seriamente su valor científico. Que luego un medio difunde generalizando sus conclusiones a toda la ciudadanía, a pesar de las restricciones conocidas de cierto tipo de sondeos, y del tamaño de la muestra empleada.

Esto da una idea de la falta de equidad que existe entre los diversos criterios, donde unos –a causa de estar alineados con el orden dominante- son más valorados que otros –porque están en contra del orden dominante-, y por consiguiente genera limitación intelectual que impide pensar, debatir o cuestionar más allá de lo contrario o prohibido por el sistema dominante, que termina convirtiéndose en una verdadera falta de libertad de opinión y de prensa.

Voy a ilustrar lo que nos está pasando, y lo que podríamos hacer ante el TLC, con el siguiente ejemplo: vas a un instituto a solicitar información sobre un curso que te parece interesante, nada más quieres saber de qué se trata. Rellenas una solicitud de información. Luego te atiende un señor muy cortés y elegante, con voz de anuncio comercial y te comenta todo los detalles del curso. Al llegar al costo de éste, te explica sus planes de financiamiento y pero aún el más barato queda fuera de tus posibilidades actuales. El señor te lo ofrece pero no aceptas, porque no lo habías planeado, porque no tienes dinero y porque no quieres. Te ibas a ir, pero el señor te retiene para hacerte otra oferta aún mejor que la anterior y dice no aceptar un no como respuesta y sigue insistiéndote hasta el cansancio, bajándote los precios hasta el suelo. Pero tu reafirmas tus razones para negarte, pero él insiste y te dice que una oportunidad como esa no se puede perder, y sin tu hayas aceptado, comienza a llenarte el contrato para el curso con tus datos. Tú te levantas y lo detienes indignado, y reafirmas hasta el final, tus razones, haciéndolo capitular. Él se disculpa y tú te vas.

Nos quieren hacernos creer que no hay alternativas al pensamiento único que domina, y que negarse o resistirse es ilógico e irracional.

 Pero la verdadera libertad proviene del libre albedrío, que es lo que nos hace humanos, y esto significa que podemos decir no a algo y asumir sus consecuencias, si así lo decidimos y nadie tiene derecho a reclamarnos nada, porque es nuestra decisión. En este caso si las grandes mayorías populares así lo deciden, después de acceder a información alternativa que confirma lo nefasto del TLC para el pueblo; el gobierno de CR sobretodo, y solidariamente el de EEUU, deberá aceptarlo sin protestar, porque se supone que representa a todos nosotros.

Ahora bien, para analizar qué alternativas nos quedarían ante un TLC, primero habría que discutir si vale la pena seguir con un modelo neoliberal que tanto daño a hecho a las mayorías populares y al ambiente. Pero en caso que se decida que no, habría que plantearse qué clase de modelo quieren las mayorías populares(clase baja y clase media), y si es el más adecuado para ellas y para el ambiente. Después habría que ponderar si un TLC favorece o perjudica el modelo elegido, y si es necesario o no para éste. Entonces podríamos analizar qué alternativas existen que sean convenientes para ayudarnos a avanzar con ese modelo.

Dentro de un modelo de desarrollo que se proponga ser sustentable tanto con las mayorías populares como con el ambiente, mínimo deberá haber nueva Constitución con Garantías Ambientales que haya fundado una Tercera República(no la de ANEP), y que al menos posea un código ambiental unificado. Entre las alternativas que considero convenientes están: 1-aplicar la Economía Política, que tiende a ser más científica, en lugar de la Economía Neoclásica o Neoliberal; 2-aplicar la Teoría de los Juegos No Cooperativos de John Nash, premio Nóbel de Matemática de 1994, en lugar de la teoría de la libre competencia y el libre mercado de Adam Smith, que ha fracasado y no es acorde ni con la realidad fáctica ni con la ciencia; 3-seguir el comercio justo, una corriente filosófica y ética del comercio inspirada en una obra maestra de la literatura holandesa llamada Max Havelaar, escrita en 1860 por Eduard Douwes Dekker,  en lugar del mito del libre comercio;4-trabajar por una integración centroamericana, que nos vuelva un bloque de poder regional; 5-practicar economía solidaria, banca ética, cooperativismo y la economía participativa de Michael Albert; 6-apoyar e integrarnos a la iniciativa de Hugo Chávez, por una Alternativa Bolivariana para las Américas; 7-aliarnos con líderes latinoamericanos progresistas, y suscribir con sus países acuerdos de cooperación mutua, que nos acerquen a la Comunidad Sudamericana de Naciones; 8-unirnos al movimiento altermundialista(mal llamado antiglobalización o globalifóbico) para progresar hacia una sociedad postcapitalista basada en un ejercicio de la democracia participativa en todos los niveles, con soberanía e identidad nacional y sustentabilidad ambiental, socioeconómica, política, jurídica y cultural; y 9-participar en Foro Social Mundial, y guiarnos por sus acuerdos, en nuestra política internacional.

Finalmente, quiero decirles que:
¡OTRA COSTA RICA ES POSIBLE, SÍ LAS MAYORÍAS POPULARES ASÍ LO DECIDIMOS!