9
de junio,2008
MANIFIESTO
ABSTENCIONISTA
POR UN ABSTENCIONISMO POLÍTICAMENTE
CONSCIENTE Y COMBATIVO
Considerando que, las y los costarricenses no contamos con
espacios efectivos de representación ni de toma de
decisiones en los ámbitos económico, jurídico
y político, necesarios e indispensables para asegurarnos
una vida justa y digna.
Considerando que, el sistema político costarricense
se ha convertido en el medio por el cual se nos busca imponer
un modelo económico injusto, irracional y asesino,
cuyo único objetivo es acumular en manos de unos pocos
la riqueza generada por el trabajo de todos y todas.
Considerando que, la clase política costarricense
ha traicionado las demandas legítimas y urgentes de
nuestro Pueblo, cediendo y asociándose con los dueños
del capital nacional e internacional que pretenden la total
subordinación a sus intereses de la inmensa mayoría
de las y los costarricenses y de los recursos naturales y
sociales que hemos sabido construir, conservar y dignificar
a través de la historia y pese a los malos gobiernos
que hemos tenido.
Considerando que, las y los integrantes de los partidos políticos,
al no asumir la responsabilidad que les imponen los procesos
electorales, han violentando plena y conscientemente los principios
e implicaciones de una verdadera democracia.
Considerando que, la democracia representativa ya no significa
nada para la inmensa mayoría de las y los costarricenses,
salvo el simbolizar una plataforma para el robo, la corrupción
y el engaño con que se enriquecen la burocracia política
y los dueños del capital.
Considerando que, la supuesta pluralidad de partidos políticos
es solo una farsa con la cual el sistema político,
pese al descrédito en que ha caído, sigue empeñado
en recuperar la fe de las y los costarricenses en la democracia
representativa.
Considerando que, las instituciones electorales se han convertido
en un instrumento que legitima los intereses de la burocracia
política y de los dueños del capital, aunque
para ello se deban violentar los principios constitucionales
de libertad, orden, pureza e imparcialidad.
Considerando que, los sistemas legislativo y judicial se
han convertido en una maquinaria que fabrica e interpreta
las leyes solo para satisfacer las demandas, ambiciones y
perversiones de los dueños del capital.
Considerando que, un sistema político que necesita
imponerse por medio de la ilegalidad, la mentira, el fraude
y la represión, no es una democracia sino una dictadura.
Considerando que, el camino para construir una verdadera
democracia pasa necesariamente por la participación
directa de todas y todos los costarricenses en la toma de
decisiones y no por unas elecciones que solo sirven para engrosar
las filas de la burocracia política.
Considerando que, la reelección inconstitucional de
Oscar Arias, la ratificación fraudulenta del CAFTA
y la aprobación ilegal de la Agenda Complementaria,
terminaron por evidenciar la corrupción y el agotamiento
de la democracia representativa costarricense.
Por todo eso, y con miras a las elecciones del 2010, llamamos
a todas y todos los costarricenses a que nos manifestemos
abierta y combativamente contra la farsa que significa la
democracia representativa, utilizando para ello el abstencionismo
políticamente consciente como una forma de evidenciar
la falta de legitimidad del sistema político costarricense.
Las consideraciones al llamado por una abstencionismo políticamente
consciente, descansan –entre otras cosas– en que
es totalmente falso que la denominada democracia representativa
sea la única democracia posible, “La Democracia”
como le llama la burocracia política de este país.
En que ahora mismo, aquí en América Latina,
tenemos pruebas de que otra democracia es posible, precisamente,
porque los Pueblos se están dando cuenta de que es
través de la democracia directa y no de las urnas,
que podemos intentar construir sociedades más justas,
libres y equitativas.
En que es totalmente contradictorio e ingenuo creer, que
la solución a los problemas y necesidades de este Pueblo,
puede venir de los mismos grupos político-empresariales
que los han provocado y que están totalmente comprometidos
con profundizarlos aún más.
En que el cambio verdadero se dará en este país
solo cuando las y los excluidos y marginados, nos decidamos
a dislocar la democracia representativa, colocando en su lugar
a la democracia directa como instancia para la búsqueda
y construcción de soluciones alternativas y efectivas
para nuestros problemas.
En que dislocar la democracia representativa sólo
es posible mediante su necesaria contraparte, el abstencionismo
políticamente consciente y combativo. La participación
democrática no puede romper este círculo vicioso
que se completa cada cuatro años, cuando legitimamos
el triunfo electoral de los que siempre han ganado y que siempre
ganarán.
En que el abstencionismo políticamente consciente
y combatiente, como instrumento de lucha contra el robo, la
ilegalidad, la mentira y el fraude que sustentan a la democracia
representativa, es el único medio no violento y sí
pacífico, para sumar voluntades en torno a la construcción
de un programa económico, político, social y
cultural alternativo al actual.
En que si ese punto se convierte en una bandera clara y nunca
negociable, podemos, a partir de ella, comenzar a imaginar
nuevos sistemas de participación social, ceñidos
en todo momento y en todo lugar al mandato legítimo
de la voluntad popular.
En que como Pueblo, tenemos todo el derecho de constituir
un nuevo poder público que desconozca las formas de
representación de nuestros opresores. Un nuevo poder
público fundado en la abstención políticamente
consciente y combatiente, desde el cual podemos comenzar a
impulsar la posibilidad de construir un nuevo sistema político
que nos garantice una vida digna para todas y para todos.
Es necesario que al abstencionismo se le reconozca como una
actitud políticamente conciente y combativa que, a
través de su acción: es decir, la abstención
en los procesos electorales, deslegitima y deslegaliza todas
las acciones, planes y programas de los partidos políticos
durante y después de los comicios electorales.
Es necesario que el abstencionismo políticamente combativo
y consciente haga sentir su fuerza real y multitudinaria en
las próximas elecciones. Si llegamos a esa meta, podremos
preguntarle a la burocracia política: ¿En nombre
y representación de quiénes gobernarán
quienes resultaron “electos”? ¿En nombre
y representación de quiénes tomarán decisiones?
¿En nombre y representación de quiénes
podrán legislar?
Es necesario que todas y todos los costarricenses comprendamos
que el abstencionismo políticamente consciente y combatiente
es la última alternativa que nos queda como sociedad
antes de que nos gane la batalla una desintegración
social caracterizada por estallidos sociales, dispersos o
atomizados, producto de la inconformidad, la pobreza y la
degradación en la que nos han sumido los malos gobernantes.
Propuesta de un plan mínimo de acción.
- Empezar a reivindicar desde ya, la legitimidad del abstencionismo
políticamente consciente, destacando la ilegalidad
e ilegitimidad en que quedarán todos aquellos candidatos
que se alcen con el poder gracias a unos cuantos votos.
- Correr la voz y mostrar el abstencionismo políticamente
consciente como la única vía social para intentar
recuperar el rumbo de un país soberano.
- Vigilar escrupulosamente los procesos electorales para
tratar de evitar un nuevo fraude, el cual en este caso,
podría tratar de ocultar los resultados a favor del
abstencionismo políticamente consciente.
- Abstenerse de votar o ser votado durante las próximas
elecciones.
Por las reivindicaciones básicas de todas los excluidos
y marginados del derecho a una vida digna y justa. Contra
la mentira y el fraude que fundamentan la democracia representativa.
Por la democracia directa como instancia para la búsqueda
y construcción de soluciones alternativas y efectivas
para nuestros problemas.
EN EL 2010 NO VOTE,
LA INDIGNACIÓN Y LA MENTIRA
NUNCA MÁS.
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