LOS AVATARES DE LA ASAMBLEA NACIONAL POPULAR EN LA COORDINADORA NACIONAL CONTRA EL “tlc”.

Con el planteamiento de la necesidad urgente, de realizar un encuentro nacional del movimiento social costarricense, y con el propósito de tomar las decisiones que amerita la nueva fase de movilización y protesta ante el mal llamado “tlc”, la Coordinadora Nacional arrancó desde el mes de abril aproximadamente, con la discusión y las tareas preparatorias del mismo.

Conocemos que en ese plano de las cosas, se aprobó inicialmente una orientación para organizar el cónclave, bajo el carácter de Asamblea Nacional Popular. Con tal objetivo se estructuró una comisión de trabajo, la cual elaboró un esbozo básico de los lineamientos esenciales de la llamada Asamblea Nacional Popular. Se puntualizaron como las directrices fundamentales de la misma: Sería un evento de amplia participación de las organizaciones, frentes de lucha, colectivos sectoriales, sindicatos, uniones campesinas, instancias de convergencia, etc, que tomaría las decisiones determinantes, en torno a la apertura y desarrollo de la nueva etapa de movilizaciones y acciones escalonadas, hacia la derrota definitiva del “tlc”. Resolvería sobre la huelga general, establecería el boicot legislativo, declararía la guerra total al gobierno espurio de Oscar Arias y analizaría un programa mínimo unitario de lucha, o “Agenda por la Sobrevivencia”. Aprobaría una proclama o manifiesto llamando al pueblo en general a las calles, a partir de las nuevas orientaciones acordadas en el evento.

El trabajo organizativo de la actividad implicaría un esfuerzo económico, logístico y movilizador, que implicaría el aporte y esfuerzo de todas las organizaciones comprometidas en la campaña nacional contra las políticas neoliberales. El trabajo de estructuración organizacional de la movilización desde las regiones, se llevaría adelante sobre la marcha, y se combinaría en la práctica con la convocatoria a la Asamblea Nacional Popular. Metodológicamente se haría un trabajo previo, en el entorno de las organizaciones sociales y en todo el territorio nacional, para articular la presentación de ponencias, intervenciones o propuestas en la reunión. Se utilizaría el método de votación general de la asamblea, en la toma de decisiones.

Como sabemos, la dinámica de presentación de la propuesta fue un tanto azarosa y entrecortada. No obstante, fue confrontada por algunos sectores y en su defecto se siguió encubando la idea de la “Segunda Cumbre Social”. Esa concepción del encuentro se había debatido y declinado, en reuniones previas de la Coordinadora. En todo caso, a contra pelo de lo resulto, a la Asamblea nacional Popular se le continuó torpedeando, fustigando hasta sacarla prácticamente de la arena. Se introdujo en la agenda el tema de los escenarios posibles, resultantes de la lucha contra el “tlc”, como: Ataque al gobierno, programa de gobierno alternativo en caso de un cambio político, derrota de las clases dominantes, entre otros; aspectos que en nuestra opinión están en sus rasgos básicos, en la agenda de la Asamblea nacional popular.

Se dijo que el análisis de los contenidos en torno a los probables escenarios y preparación de la estructura nacional y regional, no era incompatible con la Asamblea Nacional Popular. Consideramos que si lo fue a la hora de la verdad. Porque el tono tendente a posponer decisiones trascendentales alrededor de la movilización y la protesta popular, en momentos que el enemigo neoliberal y vendepatria, mantiene la ofensiva propagandística y aplica políticas de privatización y de libre comercio, resulta un suicidio de la lucha contra el “tlc” y un autoaniquilamiento del papel de liderazgo de la Coordinadora, en el presente proceso social de lucha. Ya debilitada por la inercia, el inmovilismo y el estancamiento entronizado en su funcionamiento.

Estamos seguros que se debe pasar con inmediatez, a resolver con determinación las medidas concretas de movilización y acción, en todos los ámbitos sociales y frentes de lucha. Estamos en el momento oportuno, sino, hagamos un sondeo en las bases y la opinión de amplios sectores del pueblo, para verificar esta perspectiva. Cuidado podríamos estar perdiendo tiempo precioso, dándole largas a tareas históricas, cocinándonos en una maleada salsa burocrática. Creemos sin temor a equivocarnos, que la realización de la Asamblea Nacional Popular, es consecuente y corresponde a los tiempos y al objetivo estratégico establecido; es decir, la derrota del “tlc” y las políticas neoliberales.

Seguir posponiendo tal evento, continuar esperando otras condiciones; ¿Cuales?, es un error estratégico, y cuidado si un anuncio de una derrota anticipada, de la lucha del pueblo costarricense más importante de los últimos 150 años, por la soberanía y la dignidad. Así la cuestión, no es leal ni coherente con la situación a la que asistimos, oponerse y desestimar la urgente realización de esa Asamblea Nacional Popular. ¿Qué está detrás de la oposición a la referida Asamblea? Pareciera que existe un sector de la dirigencia sindical y social que le temen enfrentarse a las bases o compartir en la llanura con ellas. Se percibe en el aire cierto miedo a la autogestión popular, a construir la unidad desde abajo y la periferia. Quizá es una especie resquemor con un nuevo tipo liderazgo, o indisposición a prepararse para todos los escenarios y variantes posibles de lucha. Posiblemente hay dirigencia que no quiere perder protagonismo, la interlocución y la concertación entre las cumbres.

Sea como fueren las circunstancias predominantes en el medio de la lucha social en los actuales momentos, afirmamos nuestra convicción de mantener la propuesta, y llevar a cabo la Asamblea Nacional Popular bajo las ideas, naturaleza, visión, objetivos y metodología; es decir, tal como ha sido enunciada desde sus orígenes y en el debate. Esta línea de pensamiento es coincidente y refleja el sentir de amplios sectores populares y de múltiples comités, frentes de lucha regionales y de nutridos núcleos de base que efectivamente, quieren acciones ahora.

Oscar Barrantes Rodríguez
Asamblea del Pueblo
Comité Cívico de Occidente
San Ramón – Costa Rica.
09 agosto 2006.