"La
actual crisis justifica, más que nunca, repensar el modelo económico"
18-03-2008
Cira Morote
La Provincia
Ignacio Ramonet (Pontevedra,
1943) es una voz visible del movimiento altermundialista,
que lucha pacíficamente por hacer que otro mundo sea posible.
Profesor en la Sorbona, director de 'Le monde diplomatique'
y miembro de Attac, asociación
que propone grabar las transacciones financieras con la Tasa
Tobin, estuvo en el II Seminario
Atlántico de Pensamiento, organizado por La Caja.
En el II Seminario Atlántico de Pensamiento el periodista
Antonio González planteó su intervención bajo el epígrafe
Qué soluciones para un mundo desigual. Una pregunta con respuesta
compleja...
- No tenemos soluciones mágicas, porque el mundo está
bien complicado, sobre todo en este momento en el que, probablemente,
estemos entrando en una crisis de nuevo tipo, la crisis financiera.
Cada día crece la desconfianza sobre el sistema financiero,
que es el alfa y el omega de todo. Lo que llamamos globalización
es en realidad un mecanismo financiero, tiene consecuencias
en sectores industriales y en la vida cotidiana, pero globalmente
es un mecanismo financiero, que está dando muestras de estar
averiado. Esto confirma las críticas que venimos haciendo
desde el movimiento altermundialista
sobre el carácter irracional del sistema financiero. En algún
momento algo va a terminar por quebrar, con las consecuencias
que esto puede traer. Ya lo estamos viendo, por ejemplo, en
España, con la crisis del ladrillo, que, directamente, está
ligada a este asunto. Hemos pasado de un sistema en el que
había mucho capital, en el que prácticamente se regalaba a
tasas de interés muy reducidas, en el que los bancos incitaban
a comprar y endeudarse, a una situación en la que no hay crédito
y no se presta a nadie. Eso para las familias es grave, pero
sobre todo, lo es para las empresas, que no pueden invertir
y tienen que vender. Hay grandes grupos que están endeudados,
porque todas estas fusiones se han hecho a base de endeudamiento
y que ahora no se puede pagar. En este momento no sabemos
cuáles son los sectores bancarios que van a estar en dificultad.
Pasamos desde los bancos a los seguros y, ahora, a los fondos,
que antes eran garantías y empiezan a estar en crisis. Esto
demuestra que la crítica que se hacía sobre la globalización,
que no se puede apostar todo por el movimiento financiero,
sigue estando fundamentada. En este punto, además, hay que
plantearse quién asume el crecimiento. Estados Unidos que
es la locomotora de la economía mundial va a disminuir su
velocidad o a entrar en recesión y el problema es quién asume
el papel de locomotora. Europa muy poco, porque también va
a decrecer.
- Como no sean los chinos.
- Sí, toda la esperanza está ahora en que China, India,
Corea del Sur asuman esta función. El problema es que con
la globalización todas las economías están interrelacionadas.
Si Estados Unidos deja de importar productos chinos, su economía
también va a sufrir. Por eso, creo que hoy más que nunca se
necesita repensar en el modelo económico que hemos establecido.
Nosotros habíamos propuesto toda una serie de soluciones.
La más conocida de ellas es la Tasa Tobin,
y hoy vemos que es algo necesario, indispensable, a pesar
de que hay movimientos de crecimiento, por ejemplo, en América
Latina o África, donde la situación no es tan desesperada
como hace quince años, gracias al valor de las materias primas.
Hoy, las materias primas, el cobre, el manganeso, el níquel
tienen mucho valor, por eso países como Chile, como Perú,
como algunos países africanos están en una fase de desarrollo,
aunque con más o menos justicia distributiva. Hay países que
han hecho de la justicia distributiva una prioridad, como
Venezuela, Bolivia o Ecuador, que son muy criticados porque
intentan plantear el problema de la soberanía económica. Más
allá de eso, hemos visto cómo se han recuperado Argentina,
Brasil, Rusia... Y los han hecho con base en la exportación
de su sector primario, no con base en la especulación. Precisamente,
la Tasa Tobin sigue siendo una
prioridad porque permite reducir la especulación financiera.
Muchos operadores financieros usaban herramientas de las que
desconocían su traducción en la economía real y han dado créditos
a familias que no eran solventes. Luego estos créditos, como
eran muy peligrosos, empezaron a venderse en forma de títulos
de deuda, que se han lanzado al mercado como un virus. Se
estima que el volumen de estos créditos basura era de 200.000
millones de dólares, pero ahora se piensa que ha sido de entre
500.000 y 600.000 millones de dólares. De ahí que algo como
la Tasa, en su filosofía de reducir la especulación, sea una
herramienta necesaria.
- En su artículo Nuevo capitalismo habla de que la ética
del sistema se ha perdido totalmente, habla de los 'fondos
buitre', de una vuelta de tuerca a la globalización. ¿Estas
empresas que concentran y compran otras empresas para luego
desmembrarlas y venderlas serán las nuevas dueñas del mundo?
- Es posible. Estos fondos buitres son la punta de lanza
de la globalización tal como lo conocemos en su inmoralidad.
Son fondos que se constituyen en base de créditos de los bancos.
Nadie arriesga nada. Se piden fondos a los bancos por un periodo
limitado, se compran empresas, se dividen en fragmentos, se
venden los fragmentos poco rentables, con eso se paga el capital
prestado, se conservan los sectores rentables, que se gestionan
mediante un sistema de explotación de los trabajadores, se
hacen más rentables y cuando lo son, al cabo de tres o cuatro
años, se venden por el doble de lo que costaron. Las víctimas
son los trabajadores, porque eso significa una reducción drástica
de las plantillas, y la producción de cien unidades con la
mitad de trabajadores que antes. Evidentemente hay una inmoralidad
flagrante. Un sistema que funciona así, al cabo de un tiempo,
no se sostendrá. Esta crisis, en cierta medida, es salubre,
porque significa que el cuerpo económico general ya no puede
soportar tanto virus.
- ¿En qué medida el movimiento altermundialista
puede poner cordura real a todo esto?
- El juicio que dice que el capitalismo tiene recursos
para sobrepasar cualquier crisis es cierto. Tiene una capacidad
de adaptación y una energía regenerativa muy espectacular.
Eso nos debe llevar a cierta prudencia. Por eso, en el movimiento
altermundialista nadie dice que
vamos a asfixiar el capitalismo en seis meses. Eso se podía
soñar en el siglo XIX, cuando era un capitalismo industrial
relativamente sencillo y los patrones estaban identificados.
Hoy no hay identificación, es un sistema. Pero no hay duda
de que este movimiento ha hecho tomar conciencia de los peligros.
Ha demostrado que el capitalismo no es algo tan abstracto
que no se pueda entender. En este momento la gente se está
despertando y el movimiento ha contribuido a esto. Nunca ha
sido tan pertinente la crítica altermundialista
como en este momento. Sabemos que aún no existen los elementos
que permitirían construir un nuevo sistema más justo, pero
sí conocemos los defectos del sistema actual. El movimiento
altermundialista ha funcionado
constantemente con una doble pulsión, uno de crítica y uno
de proposición. No una crítica sistemática, ni tampoco una
arrogancia en la proposición. Son pequeñas propuestas que
van aportando soluciones. La Tasa Tobin,
por ejemplo, no se ha consolidado, pero ha avanzado sistemas
de tasas particulares, como la de los billetes de avión, o
la que se está planteando sobre el uso de la energía no renovable.
Hemos visto ejemplos muy interesantes, como el de la cumbre
entre la Unión Europea y África en Lisboa, donde los africanos
han dicho que no van a aceptar las leyes de la OMC, aunque
sean legales, porque saben que si pasan por esta lógica de
reciprocidad total, desaparecerá lo poco que tienen. Eso significaría
no unos pocos cayucos, sino centenares de miles de personas
migrando al norte. Y esta iniciativa no ha tomado un presidente
socialista, sino el de Senegal, un liberal que ha ganado las
elecciones dos veces a los socialistas. Pero hay más ejemplos
que, incluso, hablan de proteccionismo, una palabra casi obscena
para los capitalistas. Bush ha llegado a decir que el Estado
va a devolver una parte de los impuestos a la gente. Eso es
intervencionismo. Aquí lo hace Zapatero, pero es socialista.
En Estados Unidos, además, la Reserva Federal inyecta dinero
al sistema, el capitalismo no está funcionando solo, lo hace
con participación del Estado. En Inglaterra el Norfolk Bank
ha sido nacionalizado, otra palabra obscena. Sólo Evo Morales
nacionalizaba y se armó un escándalo.
- ¿Cree que las grandes manifestaciones del 15-F de 2003
significaron un punto de inflexión en la conciencia de la
opinión pública?
- Sí, se consiguieron manifestaciones prácticamente en
el mundo entero, por primera vez. Eran circunstancias muy
especiales, estaba a punto de producirse la invasión de Irak
y, como se veía venir, hubo una movilización mundial que se
fue dando desde Nueva Zelanda a medida que avanzaba el sol.
Se vio por primera vez que el planeta es movilizable.
Esto indica que hay una toma de conciencia muy general, muy
amplia de esta problemática. Yo diría, no obstante, que eso
no se ha capitalizado en torno a un proyecto político que
permita que se traduzca en votos. Por ejemplo, en Francia
se consiguió en 2006 una mayoría contra el proyecto de Constitución
Europea. Era un no heteróclito, porque había una parte de
extrema derecha, pero la mayoría se consiguió gracias a un
movimiento de izquierda de puesta en crisis del carácter absolutista
neoliberal de aquel proyecto. El fenómeno más interesante
en cuanto a la capitalización de esta conciencia general lo
he visto en Alemania con el partido Die Linke,
que está a la izquierda de la socialdemocracia y recoge a
gran parte de la izquierda. Es el movimiento que mejor traduce
políticamente el sentimiento general del altermundialismo,
es decir, la preocupación por los excesos de la globalización,
por la ecología y la proyección en términos de solidaridad
internacional con el sur.
- No sé si sabe, Attac-Canarias
y la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria propusieron
a los manifestantes del 15-F para el Nobel de la Paz.
- Qué buena idea. Hubiese sido muy bonito, porque aquello
fue un movimiento que aún hoy se cita para expresar la capacidad
de hacer cosas a nivel mundial.
- ¿En qué momento están los foros sociales mundiales?
- Yo diría que están en un momento de transición, porque,
por ejemplo, este año no ha habido un Foro Social Mundial,
ha habido un foro múltiple, decenas, miles de reuniones, que
han sido muy interesantes, pero mi opinión es que se ha perdido
visibilidad mediática y eso es importante. Esto traduce que
las contradicciones y los debates en el seno del Foro están
llevando a una casi parálisis del funcionamiento. Evidentemente,
el Foro funciona como una institución muy democrática. Podríamos
decir que hiperdemocrática. Al
tener en cuenta todas las observaciones, todas las críticas,
todas las reservas, el Foro acaba por estar paralizado, como
todo sistema que funciona en modelo de asamblea general permanente.
Entonces, el año próximo, a finales de enero de 2009 va a
haber un Foro Social Mundial más cerrado, que tendrá lugar
en Brasil, en Belem. Hay que aprovechar esa ocasión para centrar
más el Foro en una serie de objetivos. Yo había tomado la
iniciativa, con otros amigos miembros del Consejo Internacional,
en el último Foro de Porto Alegre, donde proponíamos que,
a pesar del respeto de cada unidad miembro del movimiento,
definiéramos entre todos una decena, luego fueron una docena
de temas, que fuesen comunes a todos. Hicimos un manifiesto
en este sentido, pero una serie de personas que consideran,
a veces, que son propietarias del Foro, esquivaron la problemática.
Yo creo que en Belem hay que ir en esa dirección. No se trata
de verticalizar un sistema que
interesa por su misma riqueza plural, sino de darle una orientación
a esa energía, porque si no se dispersa.
- La Tasa Tobin ha sido aprobada
en el Parlamento Canario y en otros muchos parlamentos en
el mundo. ¿Qué valor le da a eso?
- Tiene valor, porque es una manera de indicar que la
Tasa Tobin o una tasa de tipo
equivalente, sigue siendo una prioridad. Estoy convencido
de que llegará el momento en el que habrá que adoptarla. Es,
simplemente, un IVA mundial.
- Tampoco costaría tanto...
- No, no. Además, evitaría muchos excesos. Lo que pasa
es que, obviamente, eliminaría los paraísos fiscales, que
son nocivos, y que son la salida de los ricos que evaden impuestos.
Llevamos tiempo diciendo que eso es un crimen. Se está favoreciendo
la evasión fiscal, y eso se traduce en menos recursos del
Estado, por consiguiente, menos capacidad para intervenir
en el bienestar nacional, en la educación, la salud, la investigación...
Por eso, las resistencias son fuertes. Nosotros observamos
que muchos gobiernos se dejan ir por la ebriedad electoral
y hacen promesas. Por ejemplo, tras el 11-S, el propio Bush
dijo que probablemente las organizaciones de Al Qaeda que
habían participado al financiamiento de los atentados habían
pasado por esos paraísos fiscales. Pues bien, en aquella coyuntura
prometió que iba a hacer una encuesta para saber cómo se había
financiado Al Qaeda y nunca más se supo de ese proyecto.
- Hace poco estuvo por aquí el ministro de Exteriores,
Miguel Ángel Moratinos, y miembros de Attac
le propusieron llevar de nuevo al Parlamento español la Tasa
Tobin, que ha sido rechazada dos
veces. El ministro eludió la respuesta. ¿Cree que es el momento
de volver a plantearlo?
- Yo creo que sí es el momento, por la crisis. Es el momento
incluso de extenderla. La Tasa se aplica a los mercados de
cambios, pero podríamos hacer una tasa sobre la especulación
de los fondos, por ejemplo.
- En su artículo ¿Adónde va España? no pedía directamente
el voto para Zapatero, pero casi...
- Yo creo que en estas elecciones ha habido un fenómeno
que se ha traducido en las urnas, de voto útil, de desconfianza
al carácter que ha presentado el PP en la última legislatura.
Por supuesto es un partido democrático, pero el rostro que
ha presentado, el más detestable, el que recuerda a otras
épocas, el que se ha traducido claramente con la exclusión
de Gallardón, ha creado la atmósfera que ha provocado rechazo
en muchos ciudadanos. Ese discurso, que se ha basado en teorías
paranoicas como la de la conspiración, no tiene dignidad democrática.
La actitud que se ha tenido frente a la necesaria negociación
con ETA es completamente irresponsable, irresponsable en este
país donde ETA sigue matando. Todos los partidos han tenido
la voluntad de negociar. La paz sólo se hace con el adversario.
Soñar con una autodestrucción de ETA no es razonable, podemos
soñar con que desaparezca sola, pero no se dan las condiciones
para que eso suceda. Todo ese cúmulo de radicalidad mediática,
política y eclesiástica ha producido una repulsión en el país.
- Y algunos medios echando leña al fuego.
- Sí, hay periódicos en España que no se pueden leer.
Algunos artículos, algunos comentaristas de radio, alguna
televisión... son espeluznantes. Resucitan el fantasma de
las dos Españas. Lamentable.
- ¿Cree realmente que otro mundo es
posible?
- Sí, claro. Si muchas personas no creyesen que otro mundo
es posible... En América Latina,
en particular, hay tantos movimientos que están trabajando...
He estado en Brasil hace poco dando conferencias en la Universidad
de los Sin Tierra. Son campesinos que tienen su propia Universidad,
que han construido con sus manos, físicamente. Allí hay unos
300 estudiantes venidos de 23 países que están siguiendo una
serie de cursos para formarse. Cuando uno ve eso, esa especie
de utopía realizada, con una energía, una voluntad de trabajar,
una seriedad... Te das cuenta de que hay mucha gente que,
realmente, está trabajando para que otro mundo, más justo,
sea posible.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=64768
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