Pasos para organizar una Asamblea Popular
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El Insurgente
prensa crítica vía internet

"Por las masas trabajadoras y campesinas, los grupos étnicos y el medio ambiente"

Número 202 Año CINCO Costa Rica, CENTROAMÉRICA  

Editorial del sexto aniversario

Coeditor Cacique Lempira

Y ya se cumplieron 6 años de El Insurgente. Hemos recibido colaboraciones de muchos amigos y amigas, tanto de Costa Rica como de otra latitudes, agradecemos mucho esas ayudas. Algunos escasos payasos han dicho que este periódico es hablar basura y que no tiene mérito; nos tienen sin cuidado semejantes imbéciles; pues en cambio contamos con el apoyo de personalidades del calibre de Mumía Abu-Jamal, quién está en nuestro grupo virtual, así como de activistas sociales varios, socialistas libertarios de Argentina, Ecuador y México, con una amplia organización, entre otros valiosos y valiosas militantes. Nos preguntan que porqué cambiamos de tendencia política. Primero fue por afinidad, el zapatismo tiene una profunda vena anarquista. Luego nos acercamos a tal tendencia y nos convenció su coherencia, su compromiso, su sacrificio por quienes menos tienen. Pero también nos hicimos anarquistas por una serie de razones que enumeramos a continuación. 

¿Por qué soy anarquista? Carta a los y las agentes y aliados (as) de la dominación

Soy anarquista porque en este mundo los niños no vienen por un "acto de amor", muchas veces no son consecuencia de un acto libre, sino de un acto bajo la coacción de no saber emplear un método anticonceptivo. Así, procrear un hijo o hija dista mucho de una acción autoconsciente y deseada, y se desvirtúa el ser padre o madre, transformándose tal papel en una imposición no deseada.

Soy anarquista porque me dan asco los supuestos contratos sociales que nunca se cumplen. Me da náuseas tu modelo de familia, donde una violencia despiadada y un abandono constante contra los más débiles son el pan nuestro de cada día.

Soy anarquista porque los valores que me inculcaste desde pequeño no son más que mentiras, tu patria es un invento de los ricos en sus residenciales para hacernos creer que quienes vivimos en todo el resto de la ciudad somos sus hermanos. En tus tribunales desfilan victoriosos los dioses dinero, poder político y prestigio social, mientras que la justicia sale siempre humillada por la puerta de atrás.

Soy anarquista porque escupo tus escuelas y tus colegios, donde se enseña que ser dócil, conformista y maleable es lo bueno; y criticar y tener un pensamiento propio es algo por lo que te persiguen como a un criminal.

Soy anarquista porque no creo en tus universidades, donde se investiga de todo menos lo que verdaderamente importa, donde algunos cerdos y cerdas devengan sueldos de hasta 4,5 millones, por hacer nada útil por quienes les pagan el sueldo: la clase trabajadora.

Soy anarquista porque desprecio tus modas, tus farándulas y tus zonas V.I.P, donde se valora a la gente por su billetera y su apariencia, aunque muchos y muchas sean seres humanos detestables por dentro y por sus acciones.

Soy anarquista porque tus medios de comunicación son más bien medios de alienación, donde se privilegia el materialismo y el consumismo, y se margina la cobertura de las realidades más pasmosas y preocupantes de esta sociedad y este planeta, eso por no hablar del evidente compromiso de esa “prensa” con las “dictaduras en democracia” (hermanos Arias, Felipe Calderón, etc.)

Soy anarquista porque no me creo el cuento de que es posible cambiar la sociedad “de a poquitos”, o “desde adentro”, como lo dicen quienes pretenden defender a los y las pobres y explotados, pero que en realidad defienden sus puestos (y su sueldo) en alguna política asistencialista de algún gobierno o alguna ONG.

Soy anarquista porque me indigna que desde las zonas urbano- marginales de Pavas y Guararí se vean los condominios de Escazú y el mall internacional las flores. También porque me impresiona que en algunos lugares se boten enormes cantidades de comida buena mientras hay quienes mueren de hambre en las calles. Y también porque me molesta mucho que en los países ricos se gaste en bodas y pedicures para perros, mientras que los pobres de esos mismos países y del resto del mundo mueren por falta de medicinas.

Soy anarquista porque me da asco tus partidos de derecha, que son fascistas y quieren nuestra resignación a este mundo de mierda en que vivimos, quieren que olvidemos todos esos cientos de miles de muertos en Chile, Guatemala, Argentina, Brasil, Uruguay, El Salvador, España republicana, etc, que nos olvidemos de todos los despojos y robos, de todas las mentiras, de todas las esclavitudes y todas las conquistas padecidas por América y el mundo pobre.

Soy anarquista porque me repugnan tus partidos de centro, que maquillan la dura realidad social con términos vagos y disimulados, que parten de una conciliación con quienes obligan a las personas a trabajar 14 horas diarias en un chiquero insalubre a cambio de un salario de hambre, una conciliación con quienes envían a su policía a apalear a los movimientos sociales, una conciliación donde las y los pobres reciben si acaso una migaja de pan añejo, y las y los ricos continúan con sus manjares opulentos.

Soy anarquista porque me dan risa tus partidos “de izquierda”, que plantean una dictadura de burócratas despóticos (¡de origen pequeño burgués!) como la redención de  los pobres (vil engaño son esos partidos); idolatradores y adoradores de tiranos y militares sanguinarios.

Soy anarquista porque me indigna lo que le hace la sociedad capitalista al medio ambiente, sepultando así nuestras esperanzas y las de nuestros hijos, y restando el derecho que a existir tienen los animales y la naturaleza.

Soy anarquista porque soy latinoamericano, la región más desigual del mundo, donde una casta de terratenientes impone siempre su voluntad. Soy anarquista porque la alternativa a algo así es acabar con el poder y con el Estado, no el hacer una versión “progre” de esos terratenientes, una versión nacionalista-burguesa de los mismos infiernos de siempre.

Soy anarquista porque la experiencia histórica nos enseña que lo más cercano al socialismo no han sido ni el reformismo, ni los soviets de Lenin, ni los gulags ni las “revoluciones culturales”, sino La Pacecita (Morelos, México, 1914-1916: tierras bajo gestión zapatista), las comunidades autogestionadas de la España republicana, la organización del EZLN y las tomas de fábricas en Argentina; fenómenos todos con la participación de socialistas libertarios e inspirados en la democracia directa.

Soy anarquista porque creo en un mundo mejor, para el cual la libertad es indispensable.

Soy anarquista porque me repugna que se quiera cambiar la sociedad usando el poder, existiendo la mucho mejor opción de la organización horizontal y democrática, que es posible.

Soy anarquista porque me repugnan el racismo y la xenofobia y coloco el combate de esos dos cánceres en un lugar primordial, no supeditado a ganar unas elecciones.

Soy anarquista porque no me creo la mentira de que la vida política y social se decide cada cuatro años en unas elecciones fraudulentas. No me creo el tonto cuento de que no apoyar al, en apariencia, menos negativo, es ayudar a la vanguardia de la derecha; pues la verdadera alternativa no está en confiar en las patas izquierdas o centrudas de una misma mesa de dominación capitalista; sino en construir formas verdaderamente solidarias de existencia con los y las de abajo, como enseñan el Subcomandante Marcos y el EZLN, sin apelar al nombre de un político electorero oportunista.

Soy anarquista porque el anarquismo no sólo es crítico, sino también autocrítico. Esto diferencia al anarquismo de otras tendencias de la izquierda, que idealizan totalmente a sus partidos y a sus organizaciones hermanas. Esto me permite a identificar a las ratas, a algunos pseudoanarquistas, cierto grupúsculo que se ha vendido a la socialdemocracia y al stalinismo de cierta institución, y que está recibiendo buenos puestos, buenos sueldos, el respeto de una comunidad de cerdos, y un alto status social (eso por no hablar de la división que están generando a lo interno del movimiento); todo eso no es ser anarquista. Ser anarquista es ser ácrata y denunciar todo proceso autoritario, venga de donde venga, como "premio" en sus centros de trabajo el anarquista comúnmente recibe represión, relegamiento, o indiferencia, no venias y felicitaciones constantes, eso huele mal...

Soy anarquista porque desapruebo y protesto en contra de los supuestos "bombardeos quirúrgicos", con los cuales las potencias mundiales causan miles de muertos en países pobres.

Soy anarquista porque grupos punk como Pennywise, The Clash o los Sex Pistols quienes han dicho verdades en el mundo de la música.

Soy anarquista porque me dan asco las falsas democracias latinoamericanas, donde abunda el fraude electoral, la represión armada, el apoyo cínico de políticos "democráticamente electos" a grupos terroristas de extrema derecha, la persecución a la clase trabajadora organizada; "democracias" de baja intensidad, donde campea la impunidad y el olvido de los crímenes de los Fujimori, los Uribe, los Pinochet, los Videla, los Stroessner, los D Abuisson... 

Soy anarquista porque creo en la necesidad de una cultura autogestionaria y autogestionada, de, por y para los trabajadores y los movimientos sociales, donde se discutan ideas libremente, sin apelar al Estado, tal como lo hacen en España los socialistas libertarios con sus bibliotecas ambulantes autogestionadas.

Soy anarquista porque en España son anarquistas quienen defienden a los inmigrantes de los ataques fìsicos y verbales de la extrema derecha, porque en México anarquista es la APPO y los campesinos de Atenco, porque en Costa Rica son anarquistas quienes dicen la verdad el 1 de Mayo y quienes defienden a agricultores con problemas de discapacidad en Heredia, afrontando brutalidad policial por tal acción.  

Soy anarquista porque es el anarquismo la vertiente que sí da su lugar a los jóvenes, sólo allí sus opiniones e ideas son valoradas y puestas en práctica; en los sindicatos nos ponen a reconstruirles el local y trabajarles de gratis y ni escuchan nuestras iniciativas, en los partidos el joven sólo está para seguir instrucciones y rendir pleitesía a las dirigencias y los secretarios generales, en las organizaciones electoreras la juventud sólo es tomada en cuenta para guiar gente y trabajar en mesa durante las "elecciones".

Soy anarquista porque creo que si usted y yo creemos en un mundo mejor y luchamos por tal causa, ninguno debe mandar ni obedecer, sino unir esfuerzos organizada pero respetuosamente.

Soy anarquista porque mi imperativo es la libertad y no la delego ni renuncio a ella por nada de este mundo, pues sin libertad soy un guiñapo, un despojo.

El Insurgente es un periódico independiente. y autogestionario. No se envían archivos anexos.


!VIVA EL EZLN!
!Zapata vive, la lucha SIGUE!

 

 

 

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