Pasos para organizar una Asamblea Popular
Pasos para organizar una Asamblea Popular
 

Et finis coronat opus*
*(La obra ha llegado a su fin.)

Este artículo, escrito en clave pesimista, es un reconocimiento a las dificultades, pasadas y presentes,  de quienes intentamos hacer real la consigna del poeta de cambiar la vida, y fue escrito después de contemplar, con desolación, el circo de la aprobación del referéndum en la asamblea legislativa.

En el país de la eterna alegría y de la eterna paz, un día, que no sabemos si lejano o cercano, un grupo de amigos decidieron hacer una pandilla, no para intimidar ni demostrar su desprecio por una sociedad que los excluía, sino una organización para ocupar los puestos de poder de la sociedad en que vivían.  Mientras el resto de Centroamérica ha aprobado el mal llamado TLC, mientras el resto de Centroamérica nos exhibe el drama de las pandillas juveniles, como la mara salvatrucha; en la bucólica Costa Rica, la aprobación de dicho TLC ha sido un calvario para sus impulsores; en la aldeana Costa Rica la pandilla ha asumido el control del poder.  Aquí, la pandilla ha extendido su control sobre los mecanismos básicos del poder, el Estado y los medios de comunicación.  Esta pandilla, resultado de la unión de antiguos y renegados socialdemócratas con los neoliberales de la Asociación Nacional de Fomento Económico, ideólogos del periódico La Nación, ha establecido un control absoluto de las estructuras de poder.  Esta pandilla, al igual que las pandillas centroamericanas, se caracteriza por el irrespeto de la legalidad.   De tal forma, que uno de sus primeros actos – violatorio del ordenamiento jurídico – fue la aprobación de la reelección presidencial por el órgano encargado de “velar por la constitución”.  Acto perpetrado por quien fuera ministro y hoy preside el poder judicial, el que, cuando consiguió los votos para la reelección, él mismo votó en contra, como en el peor melodrama español, dirigido por Almodóvar.  La pandilla continúo extendiendo sus tentáculos, atropellando repetidamente la institucionalidad que habían erigido sus padres.  Así, los hermanos Arias, miembros prominentes de dicha pandilla, asumen el gobierno en unas elecciones absolutamente viciadas, viciadas de origen (el poder mediático del capital a través de los grandes medios de comunicación) y de resultado (las “irregularidades” denunciadas en el conteo de votos)  Lo que evidenció que la pandilla también había controlado el tribunal de elecciones.  El supremo también violaba el ordenamiento jurídico para satisfacer los apetitos de los jefes de la pandilla.  Y, atención, será este mismo tribunal quien organice el referéndum sobre el TLC.

En el resto de Centroamérica las pandillas deben enfrentar la violencia del ejército y de los carceleros, en la “Suiza centroamericana”, la pandilla se divierte con los mecanismos del poder, con la bendición del Opus Dei, la pandilla mayor, creada en la España franquista.  Aquí, la pandilla viola impunemente el ordenamiento jurídico, con el lenguaje y la retórica de ese mismo ordenamiento.  En un último acto de malversación, estafa, corrupción agravada y lesiones gravísimas, ha resuelto el referéndum para resolver – a la tica – el “debate nacional” sobre el TLC.  Último acto del melodrama, golpe de gracia a la movilización social autónoma.  Todos como hermaniticos aplaudiendo la salida genial, la salida pacífica, la salida legal.  De nuevo, la misma telaraña del poder, hoy extendida por la pandilla, atrapando a los incautos.  Quien tenga alguna duda escuche el evangelio del referéndum según los hermanos Arias:  1) no es necesaria la consulta de constitucionalidad del TLC, 2) no es procedente la suspensión del trámite legislativo del TLC, ni de la agenda complementaria o paralela (según ellos, por respeto a la división de poderes, ¿cuál?, preguntaría, si la pandilla está en todas partes), 3) el TSE se hace responsable de fiscalizar el referéndum, 4) el gobierno continuará haciendo publicidad, etc.

Lo impensable, meses atrás, ha ocurrido, la pandilla ha devorado a la pandilla de la jerarquía de la iglesia católica, y en un último episodio del sainete, el otrora “crítico” Hugo Barrantes ha ordenado silencio a los curas contrarios al TLC.  Alea jacta est, diría en latín, para que lo entienda Ratzinger, la suerte está echada.  Este es el ambiente democrático y pacífico del referéndum según los hermanos Arias.  El juego de la pandilla meses atrás ha dado sus frutos, la combinación de intimidación y represión ha sido productiva, nos vamos al referéndum con el sartén por el mango, dicen los pandilleros.  Otra vez a jugar de demócratas, había que verlos en la asamblea legislativa haciendo gala de su pedigrí democrático y pacifista.  Todos haciendo loas de la legalidad, legalidad que pisotean cada vez que necesitan hacerlo.  ¿Se habrá visto espectáculo igual?  El rey está desnudo y todos estamos encantados viendo sus ropajes, los más radicales, la izquierda, critica duramente los ropajes; pero, el rey está desnudo.  La oposición integrada al sistema, en genial finta futbolera de la pandilla dueña de la bola, del estadio y del árbitro.

No en vano los asesores de la pandilla son los grandes jurisconsultos de la patria, quienes crearon la sala cuarta, quienes han modificado y modernizado el ordenamiento jurídico en los últimos años.  Los hermanos Arias, cuales chicas Almodóvar, ven con desprecio absoluto (la sonrisa cínica los delata), los berrinches de plaza pública de los “dirigentes” de la oposición al Tratado.  El drama está en el apogeo, con estridentes y trepidantes discursos de oposición, y es que, sin oposición no hay democracia, dicen los pandilleros.  Que desfilen, que marchen ordenadamente, que griten desaforados, que el mandato del César se impondrá, ahora o más tarde, con TLC o sin TLC, es el consenso de Washington, señores.  El rey está desnudo, pero, por los malabares de la educación y la legalidad (mecanismos esenciales de control social en Costa Rica), todo el espectro político lo ve vestido, los de la derecha (que incluye el “centro”) alaban la vestimenta, los de la izquierda dicen que está pasada de moda, que debería usar ropajes venezolanos o bolivianos.

El referéndum debe convertirse en un instrumento de participación de la mayoría de la población en la toma de decisiones, no solo si se aprueba o no el TLC, sino de todos los proyectos legislativos y los decretos ejecutivos, que afecten nuestra vida cotidiana.  Debe haber referéndum sin restricciones de ningún tipo, fiscalizados por la misma gente.  En el referéndum debemos participar todos, incluso los jóvenes de quince años, que ya tienen su carné de identidad, con más razón si está en juego el futuro de un país.  Debemos arrebatarle este instrumento de democracia directa a la pandilla, debemos hacer que, de alguna manera, este instrumento sea un estorbo para los abusones del poder.  Si nos obligan al referéndum vayamos a decirle NO al poder, NO al TLC.  Pero, no nos olvidemos de manifestarnos, continuemos la movilización social autónoma contra el TLC, contra el neoliberalismo, por una sociedad justa y libre.  Denunciando siempre, como en el cuento infantil, que el rey está desnudo.  No queremos ser más títeres, ni compadres hablados, de la pandilla.  Construyamos alternativas solidarias a nivel de la comunidad.  Resistencia permanente.

Jorge Castillo Arias
Círculo de Estudios La Libertad
Asamblea del Pueblo
San Ramón de Alajuela.

 

 

 

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