Pasos para organizar una Asamblea Popular
Pasos para organizar una Asamblea Popular
 

Ojo avizor:  la etapa actual de la lucha transita por terreno minado.

Si intentásemos acercarnos a una apreciación de la coyuntura actual y como resultado de tal ejercicio decimos que hay una situación de crisis, pareciera una declaración muy obvia.  Sin embargo, es evidente que aparte de los agudos problemas económicos y sociales, con una inflación galopante, salarios reales decreciendo, aumentos constantes en los combustibles y en los artículos de la canasta básica, incremento del desempleo, ruina de los agricultores, abandono del sistema infraestructural, especialmente de ferrocarriles, puentes, puertos y caminos de las zonas rurales, que obstaculiza el trabajo productivo de los campesinos; el desmantelamiento de los programas de salud pública, educación; eliminación de políticas sociales en general, imposición de monopolios privados como Riteve y Alterra y el hundimiento de la nación en una mayor dependencia económica, tecnológica y política, entre otros.  Aflora también, una sistemática crisis política que azota con profunda gravedad, a la clase dominante, tal vez como nunca antes.

El pueblo ya no aguanta el estado de cosas existente, el fragor por la sobrevivencia es cada vez más crudo y los síntomas indican que ya no quiere seguir sufriendo más las medidas antipopulares de los gobiernos de turno y el pisoteo degradante de la dignidad humana.

A la vez, se ha venido fortaleciendo la organización del pueblo y se ha intensificado la movilización y la protesta social.  La capacidad de respuesta de los sectores populares a los deplorables planes de los de arriba y a la inestable situación política, es mayor y más articulada en los distintos puntos de la geografía nacional, donde surgen brotes de acción, núcleos organizados y manifestaciones de descontento y resistencia.

La confrontación entre el pueblo organizado y las clases dominantes arrastradas a los pies del capital imperialista, asume expresiones más hondas y dramáticas, se amplían las masas que despiertan con los días, ante el cinismo de gobernantes corruptos, politiqueros, diputados “how much”,  y capitalista especuladores, traficantes y al servicio de las empresas transnacionales.

La lucha contra el “TLC” muestra señales de avanzar hacia una preocupante polarización de las fuerzas sociales en conflicto.  El paquete anexionista impuesto por Estados Unidos, ya colocado en la Asamblea Legislativa, puede convertirse para el pueblo costarricense en un amargo tamal navideño.  El peligro está en que algunos sectores del movimiento popular de nuevo se vuelven a perder entre cortinas de humo tendidas por el enemigo, creyendo en tendenciosas promesas en las que dicen asegurar un trámite parlamentario cabal y al pie de la letra o post electoral.  Esto es grave, ya que lo que pretenden es romper con el escalonamiento y el ascenso que ha adquirido la lucha hasta hoy.  Sin duda,  intentan llevarnos de nuevo a la inercia, a promover la desmovilización y a que perdamos la iniciativa.  Por esto no debemos perder de vista el fondo de la maniobra, cuando en realidad existen agitados esfuerzos oficiales por acelerar la confirmación legislativa del “TLC” (publicación en La Gaceta del “tratado”, agilizan paso a comisión y “debates”, la realización de la concentración pública en pro del “TLC”).

Es por todo eso, que debemos poner ojo avizor a los signos que nos manda el sector dominante.  Debemos priorizar variantes de acción, basadas en un plan permanente de movilización rápida.  Estamos ante una agudización del tono de la lucha, es necesario poner atención a un indiscutible enrarecimiento del panorama político, el grupo gobernante, con Óscar Arias como general, se ha preparado para dar el zarpazo, entre diciembre y enero, y cuidado, en un golpe de mano, festinan el “TLC” en la corriente legislativa al son de villancicos, luces navideñas y bombetas de año nuevo, amparados en otras “bombas” y detonaciones para frenar la inevitable y conciente respuesta de la movilización popular, en defensa de la soberanía y la dignidad, abriéndose irremediablemente un capítulo de polarización y radicalización del antagonismo social y político.

Si las circunstancias variaran la tendencia de los acontecimientos y se superara el terreno minado de fin y principio de año, las fuerzas de la reacción proimperialistas (Arias, liberticidas, gobierno, capital financiero, grupos electoreros de derecha y traficantes de toda estirpe) tratarán de confirmar a Arias y garantizar la hegemonía en el poder central a la burguesía afín a los intereses de Washington, en las deslegitimadas elecciones de febrero.

Pero, si en las elecciones se produjera una sorpresa y no se cumple ese cálculo, debemos estar preparados para la posibilidad real de un golpe de estado cruento, con Arias y sus testaferros a la cabeza, con el que pretenderían instaurar una satrapía corporativa con el apoyo de la embajada de Estados Unidos y el capital norteamericano, apoyada por unidades de la infantería de marina listas para incursionar en nuestro territorio, cubiertas con el marco del Tratado Interamericano de Ayuda Recíproca (TIAR), invocado, a propósito del ficticio conflicto del río San Juan, que incursionarían como fuerzas de pacificación y aduciendo la doctrina de la seguridad nacional yanqui ante un panorama de supuesto caos político y de ingobernabilidad.

Es así como se tiene evidencia de un contexto político de crisis, en medio de la lucha social.  Esta es una situación de gran complejidad que debe llamarnos a un serio análisis y a tomar las medidas urgentes para afrontarla.  Debemos poner todas nuestras fuerzas en tensión, para llevarnos a continuar ganando la iniciativa, a fortalecer la unidad en la acción, a sostener en alto la guardia, a elevar a nuevos planos la capacidad para combinar los más diversos y creativos medios de lucha; y a descubrir y liquidar los reductos de claudicación, la inercia y la mediatización, incrementando la movilidad y la audacia en las acciones.  Todo el esfuerzo posible tenemos que apostarlo a robustecer la escalada decisiva de los golpes que nos permita quebrar a los neoliberales y derrotar la invasión neofilibustera encarnada en el mal llamado “TLC”.


Solo el Pueblo salva al Pueblo.
La democracia se construye en las calles.


Óscar Barrantes Rodríguez
Asamblea del Pueblo
Comité Cívico de Occidente
Colectivos de Resistencia y Acción Popular

Noviembre, 2005.

 

 

 

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