Apuntes sobre estrategia, táctica, ejes del discurso y el tema del trabajo en la lucha contra el “tlc”.

Mucho se ha discutido en el movimiento social contra el “tlc” sobre la estrategia de lucha y bastante se ha avanzado en la definición de la misma, cuando se plantea que su objetivo es la derrota total de aquel, y el carácter antiimperialista, patriótico y por la soberanía nacional del movimiento, pero aún habiéndose alcanzado ese importante peldaño, de conceptualización, existen legítimas  consideraciones en torno a la existencia de algunos puntos y temas que es necesario precisar.  Entre esos aspectos se encuentran el conjunto de las medidas neoliberales y políticas antipopulares que han venido afectando violentamente al pueblo de Costa Rica, u otros relacionados con el escenario de polarización de la contienda social y el rumbo que podría tomar si los acontecimientos se agudizan en términos de la disputa del poder.  Dicho de otra manera, la tendencia de la confrontación puede conducirnos inevitablemente a la encrucijada de decidir por tomar el camino de avanzar también a la derrota de las clases sociales dominantes y de los grupos gobernantes.

Además, se han expresado inquietudes de sana validez, atinentes a la concreción de algunos elementos importantes dentro de la estrategia general de lucha.  Así se hace referencia al establecimiento de ejes temáticos fundamentales, como el trabajo, riteve, el incremento en el costo de la vida, el remate de tierras a los campesinos, la corrupción, el despojo de las islas del golfo de Nicoya, la destrucción del mercado interno, la soberanía alimentaria, el derecho a producir y a la subsistencia, demandas por caminos, carreteras y puentes que pobladores y campesinos de distintas regiones exigen, entre otros.  Los mismos han sido referidos como puntos que deben ser tomados en cuenta, “bajarse a tierra” y sobre los cuales se debe ofrecer una respuesta, ya sea integrados dentro de una plataforma nacional de lucha, o en lo que la Asamblea del Pueblo ha dado en llamar “Agenda por la sobrevivencia”.

Los neoliberales vendepatria están usando el subterfugio o “argumento” del trabajo, en donde supuestamente, es el capital transnacional y sus compañías las que abren fuentes de trabajo y con lo cual quieren convencer a la gente, de las bondades del “tlc”.  Ante ese ardid, esgrimido por nuestros enemigos, estamos en la obligación de dar una respuesta, frontal como determinante.  Efectivamente, no son las empresas extranjeras las que vienen a resolver el problema del empleo.  Como se ha probado hasta la saciedad, a través de décadas, la presencia de compañías foráneas o subsidiarias de consorcios multinacionales, ha crecido, sin embargo, las necesidades de trabajo, lejos de resolverse se han incrementado.  Pero, además, se ha intensificado la explotación de la fuerza de trabajo, se han pisoteado las libertades y garantías laborales, y han aparecido otras formas de discriminación, como es la liquidación de trabajadores al cumplir los cuarenta años, como está sucediendo en las plantaciones de Pindeco.

Por otro lado, el dilema de hoy es muy claro, la invasión de empresas y de capital transnacional o firmas subsidiarias del mismo, ofrecerán cierta cantidad de puestos de trabajo, con la particularidad que requerirán de un grado de calificación (manejo de idioma inglés y operación de ordenadores digitales), lo cual de por sí deja por fuera a mucha gente.  Sin embargo, en el sector agropecuario, pesca, avicultura y otros, se perderán centenares de miles de ocupaciones, lo cual nunca será compensado, de tal forma que estamos ante un desastre horroroso de relevancia histórica, cuantitativa y cualitativa.  Es decir, se destrozará el grueso fundamental de las fuentes de trabajo en la base de nuestra economía, que es el área de producción primaria (sector de bienes de consumo agrícola, pesca, avícola, pecuario, forestal).  Por lo que, todo es pérdida, empobrecimiento, aumento de la miseria, retroceso y hambre.

Estamos en las puertas de una desgracia dramática, ante un acto insensato, ya que con el “tlc” se haría abismal el déficit de empleo, la desocupación en los campos nacionales provocarán una corriente humana incontrolable hacia las ciudades, acelerando el impacto social y la inequidad, se acrecentarán los intentos migratorios hacia los Estados Unidos.  Todo se resume en una amenaza real de ruina de nuestra capacidad íntegra de subsistencia y la desarticulación del trabajo como forma autóctona y sustancia de nuestra cultura popular.  El resultado es innegable, se agravará profundamente el problema del trabajo, la pérdida para nuestro pueblo y nuestra soberanía es tangible y espantosa, la ganancia sería solo para las transnacionales, es decir para lo invasores.

Sólo el pueblo salva al pueblo.
La democracia se construye en las calles.

Óscar Barrantes Rodríguez
Asamblea del Pueblo
Comité Cívico de Occidente
Colectivo de Resistencia y Acción Popular.

Diciembre, 2005.