Pasos para organizar una Asamblea Popular
Pasos para organizar una Asamblea Popular
 

“LA ENTRADA DE LOS SANTOS” TRADICION, IDENTIDAD Y PROCESO SOCIAL

En San Ramón todavía tenemos que seguir incidiendo y lidiando con los sectores conservadores, retrógrados y desarraigados, por el carácter de una trascendente actividad, como es “LA ENTRADA DE LOS SANTOS.” El tema de la religiosidad popular como elemento e ingrediente esencial, de esta simbólica, representativa y auténtica tradición, todavía no es entendido por algunos grupos y debemos continuar debatiendo al respecto. Lo que si es claro, es que en buena medida la neutralización de la jerarquía eclesiástica; muchas veces insensible a las raíces y las tradiciones del pueblo más llano, o una  negociación  acertada con los representantes de la Iglesia Católica, tiene que constituirse en un camino adecuado en este proceso.

Efectivamente se trata de la revitalización de este evento, de esta fiesta de masas, de esta conmemoración de más de 150 años, que le pertenece a una ciudad, a un pueblo, a un entorno social. Es de comprender que el movimiento social de San Ramón, entidades académicas, instituciones culturales, etc., han ejercido su rol para levantar esta tradición desde los años de 1990 y posteriores, pero, hoy es necesario retomar con más bríos este desafío, y redoblar el papel de todo el conglomerado de la sociedad ramonense; en especial de las fracciones más progresistas, activas y de avanzada, en procura de un fortalecimiento de la festividad y, su naturaleza histórico-social.
 
Un factor central, siempre será, la vigilancia para que la designación, por las autoridades centrales de la Iglesia, de sus funcionarios_ los sacerdotes_ en la Parroquia Central de San Ramón, y de otras que tendrían que relacionarse, o a las que les concerniría, la tradición de la "Entrada de los Santos", sea la mejor o la más apropiada. En ese sentido se trata de "ministros" o clérigos que tengan un conocimiento profundo de la tradición, de la historia de San Ramón, de su identidad, en resumen, de las variables que entran en juego para continuar avanzando en el desarrollo, profundización y el arraigo de esta célebre actividad. En este ámbito sería conveniente que los presbíteros y diáconos fuesen ramonenses, o prioritariamente los párrocos.  
 
En el recién pasado 30 de agosto nos aprestamos, con excitación y mucho afán, a recorrer avenidas y calles de ciudad ansiosos por encontrarnos con “los Santos”, compartir con ellos, compenetrarse con los acompañantes que los atavían, llevan en manos y hombros, cantar, bailar, saltar, gritar, beber, con ellos, en una apoteosis memorable y atávica. Pero, era lamentable escuchar a uno de los animadores que hacía referencias geográficas e históricas, de San Ramón. El antedicho intentaba ilustrar al público sobre aspectos de la historia y de la celebración, trataba de describir la ubicación de lugares, poblaciones, villas, distritos, etc., con unas incongruencias y muestras de ignorancia; enervantes, pavorosas y que causaban angustia. Eso da grima, para los ramonenes es un insulto, una afrenta, simplemente no se puede admitir, ni soportar, que se presenten ese tipo de hechos. Estas cosas tienen que variar, hay que cambiarlas inmediatamente. Era probado que el “curita” inmiscuido en la animación no era originario de la ciudad y mucho menos conocedor de nuestra historia, geografía y tradiciones.
 
La realidad y los procesos históricos tienen su veracidad y su dialéctica y, por mucho que pareciera extraño; o que  mucha gente lo ignore,  los ramonenses tenemos características particulares, que nos identifican, que nos diferencian, del conjunto de la comunidad costarricense. Con esa evidencia marcando una propensión, un estilo, los más preclaros, las más tenaces, la gente de mayor decisión, mantendremos y elevaremos el orgullo y la satisfacción, la dignidad y el decoro,  que nos colma, a partir del hecho de pertenecer a estas latitudes, de haber nacido en esta ciudad, de llevar sangre moncheña en las venas, de portar los colores blanco y rojo, de reflejar " LOS MATICES REBELDES DEL CACIQUE COYOCHE", como se delinea en los versos de "Alma Huetar", el poema, letra del himno de San Ramón. Jamás cejaremos en nuestro andar, significándonos, diferenciándonos, estableciendo nuestras particularidades, ante todo, como pueblo, como ciudad, que hace valer sus sentimientos propios, sus cualidades, sus potencialidades, sus pasiones sus razones, y sus verdades para defender lo que nos pertenece.

Siempre fuimos un baluarte patriótico, de lucha por la soberanía y por la dignidad popular, hoy mantendremos y llevaremos a las cimas más insospechadas esa determinación, para mantener una dinámica ascendente en el remozamiento de una actividad como “La Entrada de Los Santos”. Expresión de fervor religioso con esa singularidad de la religiosidad popular, tradiciones, identidad, de ese sincretismo emotivo, portentoso, impresionante, pletórico de alegría del pueblo con sus creencias, sus guitarras, cantos, danzas, fuegos artificiales, tambores, bandoneones, organillos, marimbas, bebidas, trompetas, con su clamor manando entre las notas de las concertinas, con su distinción de originalidad; por un lado, y su devoción religiosa; por otro. Igualmente entendiéndola como factor de autoctonía, hoy tan seriamente amenazada por el capital y los peligros de la dominación neo-colonial.
 
En nuestras tierras ricas por sus yacimientos de minerales, anhelada por su belleza escénica peculiar, de suelos fértiles, de reservas acuíferas extraordinarias, de bosques maravillosos, de mujeres y hombres brillantes, de pueblo bravío, valiente, revolucionario,  estudioso, de intelecto sagaz, de manos talentosas, de lucidez creativa, de perspicacia en el arte. En el hogar de las musas, obreros, trabajadoras, intelectuales, agricultores, campesinas, artistas, amas de casa, poetas, maestros y educadoras, los y las habitantes a lo largo y a lo ancho de sus territorios, nunca bajaremos la frente, en todo momento le daremos la cara al sol_ al decir de José Martí_, defenderemos por todos los medios nuestra autoctonía, nuestra legitimidad, nuestra pertenencia.
 
Somos un pueblo de libertad, de autodeterminación, de independencia, de soberanía. Sabemos resistir, sabemos luchar, sabemos proponer, sabemos transformar. En nuestro espíritu viven las tradiciones más valiosas y magníficas, especialmente aquellas enriquecidas en las batallas contra todas las formas de opresión, de colonialismo, de postración, de entreguismo, de esclavitud. Tenemos alma libertaria, alma de luchadores y luchadoras por la justicia social, corazón generoso, solidario, hospitalario, de profundo sentir humano, somos partidarios de la colectivización, de la universalización, de la socialización de los derechos inalienables de la humanidad.
 
Creemos en la reflexión sapiente, abierta, amplia, plural, en el intercambio de ideas, en el debate permanente, intenso, somos apasionados y vehementes en la manifestación de nuestro pensamiento, en su defensa y en la batalla por nuestros ideales y proyectos. Nos apegamos y rendimos fidelidad, a nuestras concepciones porque en cualquier circunstancia le debemos lealtad al lema del escudo  de San Ramón que versa: IDEAL- ESTUDIO - LUCHA. Profesamos los planteamientos de integración y la unidad de las naciones y pueblos, admiramos sus atributos, sus valores y cualidades, estimamos sus riquezas y capacidades y creemos en la cooperación, la colaboración y el internacionalismo, como principios de las relaciones entre los mismos.
 
Enarbolamos tales conceptos, fundándonos en el ejemplo histórico de hombres y mujeres; desde las más humildes, sencillas y desconocidas, hasta las damas y hombres más ilustres; y queremos dejar esto bien claro, aquellos héroes y mártires ramonenses que a lo largo de las más emblemáticas jornadas de lucha social y patriótica, han entregado en forma desinteresada, con abnegación y sacrificio, sus fuerzas, sus conocimientos, su amor y su vida, por los derechos populares, por la emancipación de los pueblos, por la liberación de humanidad y la erradicación de la tierra de todas las formas de explotación, oprobio y miseria.

Con esa convicción atrás enunciada, como estandarte, continuaremos con la mayor perseverancia y empeño, trabajando y luchando por la defensa y desarrollo de las tradiciones más reveladoras que nos representan, identifican, nos unen y nos robustecen como pueblo. El alma de los ramonenses será inclaudicable siempre, sabremos pelear por nuestra identidad, con esa disposición y con esos rasgos de beligerancia, que siempre han impulsado nuestro actuar, traduciremos la batalla por las tradiciones más sentidas, en combate persistente por la soberanía. Porque al redimensionar nuestras identidades, al extender nuestras costumbres, estamos resistiendo a las políticas de dominación y sometimiento, a las pandillas capitalistas transnacionales, y a la intentona imperialista de recolonizarnos.


“Los Santos” siempre estarán entrando, pasando, acompañando con alegría al pueblo en las calles, cortejando sus luchas, alentando la verdad y la libertad. En el bagaje cultural autóctono, en el acervo ancestral encontramos la fortaleza genuina de nuestra existencia, en los rituales, en la devoción y el misticismo de profunda contemplación y auténtica creencia, está la fuerza del pueblo sencillo, surge la protección y la convivencia con “Los santos”, un compromiso cimentado y engrandecido en la fiesta y la alegría por tantas décadas celebrada. “La Entrada de los Santos”. Con el fervor, la exaltación, la llama de sus creencias y el ímpetu de su cultura y tradiciones, el pueblo seguirá venciendo y le dirá a los tiranuelos nunca más.

    
Oscar Barrantes Rodríguez
Miembro:
Comité Cívico de Occidente
Asamblea del Pueblo
San Ramón-Costa Rica
Septiembre de 2007.

 

 

inicio
Archivo
Galerķa
Enlaces
Contacto
 
 
email: info@asambleadelpueblocr.org  I  Asamblea del Pueblo  I  San José, Costa Rica
Este sitio web está bajo los términos de licencia de Atribución-No Comercial-Compartir Obras Derivadas Igual 3.0 Unported
Creative Commons License