El movimiento popular, lo legislativo, lo electoral y el terreno fundamental de lucha.
En las últimas refriegas y momentos de la fase actual en la lucha contra el “tlc”, el movimiento popular ha logrado propinar golpes decisivos a los sectores dominantes y sus planes entreguistas, así como a los aliados al capital monopolista extranjero y ha obtenido avances sustanciales en su accionar. Sino recordar la avasalladora manifestación del 17 de noviembre, diversas actividades de significativa resonancia, como las resoluciones de los Concejos Municipales de San Ramón y Sarapiquí, condenando el ominoso “tratado”. Recordemos también, los festivales culturales de la cazadora contra el “tlc” (San Ramón, Barrio Cuba, Limón, Guápiles, Puntarenas, Heredia y Liberia). Además el establecimiento de la Coordinadora Nacional de Lucha, sustentada en el principio de la unidad en la acción, una mayor convergencia de las organizaciones, frentes de lucha, sindicatos y colectivos, representando a diversos sectores sociales. Se ha ampliado la cooperación, se han mancomunado esfuerzos e intensificado la colaboración entre las agrupaciones sociales y populares, fortaleciéndose así, el engarce, los vínculos y la articulación de la red social organizada en todos los niveles y con una estructura de dimensión nacional.
Estamos dando un salto cualitativo en el campo de la organización, que nos ha hecho avanzar en las tareas diarias de agitación, propagandísticas y de movilización, lo cual nos obliga a redoblar el entusiasmo y la voluntad política, para afianzar el estrechamiento de relaciones, el enlace, la colaboración y la coordinación en todos los sentidos.
Si bien se ha profundizado el intercambio de opiniones, se ha ampliado la discusión franca y fraternal, se han precisado elementos rectores de la lucha, definiéndola como antiimperialista, por la defensa de la soberanía nacional, el estado social de derecho y se ha identificado la necesidad de una profundización de su contenido pluralista, unitario y popular. Se ha perfilado también, el factor de la contradicción trabajo y capital; el trabajo como factor creativo, dinámico, integral y generador en el proceso productivo de toda la sociedad, en contraposición al capital depredador, reflejado en la expansión bestial e inescrupulosa de los intereses de las empresas transnacionales, las imposiciones económicas de las agencias financieras internacionales, el totalitarismo despótico de los planes neocolonialistas y la despreciable postración de los grupos gobernantes ante semejante e inaceptable afrenta a la independencia, la dignidad y al derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación.
No obstante, todavía percibimos algunas dudas, titubeos y vacilaciones, en lo fundamental, cuando se habla del diseño de la táctica, los métodos, las formas de lucha y a la hora de determinar la naturaleza de las acciones, es decir, cuando se trata de trazar el camino a seguir en la lucha. Sin desmeritar ni subestimar ninguna posibilidad o campo donde se puede dar la pelea, pareciera que por momentos, se cae en el engolosinamiento con los procedimientos legales y particularmente por la vía del trámite legislativo del “tlc”. Lo que sucede es que la dispensa en la corriente legislativa del “tratado”, implica una ruta compleja, de muchos requisitos y que requiere de períodos de tiempo para su aplicación, la cual pareciera infranqueable al corto plazo, entendiendo que será sometido a una oposición y basada en el boicot y la resistencia, echando mano al quehacer parlamentario y sus instrumentos.
Lo que es cierto también es que los propulsores del “proyecto” imperialista han preparado, sin temor a equivocarnos, una vía más expedita, rápida y sigilosa, del ritual oficializador del rapaz “tratado”. Tengamos seguridad que han analizado todas las variantes posibles y están preparados para asestarnos la estocada en el momento justo y más propicio. Tienen los recursos, “dólares”, el poder en todas las instancias del Estado, una mayoría parlamentaria (diputados serviles, vendidos y otros indecisos que esperan, tal vez, unas monedas más por su voto) para implantar la legitimidad de la espuria minoría de la cúpula gobernante.
Analicemos desde la óptica del enemigo, las opciones tácticas que pondrían en marcha. En esa lógica de pensamiento estudiaría nuestras flaquezas y fortalezas, y establecería los momentos en que nos encontraríamos con menor capacidad de movilización y cuando estaríamos más débiles. De ahí que debamos considerar, con suma seriedad, el período de estos meses, como el período en que seguimos siendo más vulnerables, así como la posibilidad de que el sector dominante logre conjuntar los medios y las fuerzas, para poner en condiciones los mecanismos para acelerar el camino parlamentario del “tlc”.
Por lo anterior, tenemos que llamar la atención, entendiendo que el trabajo con los diputados es importante, donde la coordinación de acciones con los aliados y sobre todo, la labor de inteligencia que nos propicie información oportuna, veraz y nos permita mantenernos adelante y anticipar los movimientos enemigos, será de sumo valor. El objetivo es el boicot, la denuncia y la permanente rebeldía, en las curules, las barras y en las calles, ante el atropello que se perpetra en el medio legislativo contra la voluntad popular.
Tampoco estamos para enredarnos en el terreno electoral, la miopía y las ambiciones electoreristas, no propician realmente espacios francos y transparentes como campos de lucha, muy por el contrario, la “campaña” proselitista no levanta, la demagogia y el discurso vacío de “políticos” y de traficantes de Estado y de soberanía, genera cada día más anticuerpos y agrava el desprestigio y la crisis del modelo electocrático. No podemos jamás ser vagón de cola de candidatos, ni mucho menos animadores de la fanfarria electoral que por mucho está lejos de ser una contienda legitimada y bien vista por una amplísima mayoría del pueblo costarricense. Es evidente, que no es el tema político primordial ni principal, a pesar de las clases dominantes, de los que apuestan todavía a esa opción en la lucha política y por el contrario es la lucha planteada en contra de la imposición del “tlc”, las políticas neoliberales y antipopulares y los planes de dominación del imperialismo global, lo que se encuentra gravitando en el punto medular de la atención de los amplios sectores sociales.
Así las cosas es pertinente seguir considerando y colocar en el centro de nuestro trabajo, la necesidad inmediata de seguir fortaleciendo las tareas organizativas, estructurando nuestra capacidad de acción, agilizando los instrumentos de información, mejorando los mecanismos de enlace, de coordinación, apuntalando los vínculos, la colaboración, engarzar aún más el contacto de las organizaciones, que nos aseguren una respuesta permanente de movilización rápida y una constancia y claridad estratégica y táctica, acentuando e intensificando los golpes, catalizando los triunfos con audacia e inteligencia y de esa forma consolidando y sosteniendo la iniciativa política. La derrota total y definitiva del “tlc”, las políticas neoliberales de los círculos hegemónicos y gobernantes traidores a la patria, definitivamente solo se logrará con la fuerza del pueblo en la calle.
Sólo el pueblo salva al pueblo.
La democracia se construye en las calles.
Óscar Barrantes Rodríguez
Asamblea del Pueblo
Comité Cívico de Occidente
Colectivo de Resistencia y Acción Popular.
Diciembre, 2005.
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