El imperialismo
Rodrigo
Quesada
Que
alguien hable hoy de imperialismo es un acontecimiento insólito,
puesto que el mencionado término ha dejado de ser representativo
de una realidad que ahora nadie quiere ver, al menos en Costa
Rica. Ya no es culto hablar de imperialismo cuando se puede
decir que la historia llegó a su límite, y resulta
“demodé” no darse cuenta que han triunfado
irremediablemente el capitalismo y la civilización
burguesa. Por lo tanto, corremos el riesgo de que nos tilden
de reaccionarios por utilizar una terminología que
algunos consideran innecesaria, “anticientífica”,
o de que nos acusen de resentidos. (...)
No
obstante, tememos que a pesar del cinismo en el que muchos
han caído hoy, debido a las profundidades de los cambios
que se han suscitado, el historiador no puede darse el lujo
de descartar así no más, utillajes teóricos,
conceptuales y metodológicos que fueron de gran valor
en el pasado, sobre todo cuando se trata de la historia de
América Central. (...)
El
humanista que se dedica a las investigaciones históricas
no debería renunciar tan fácilmente a los aparatos
conceptuales, como ha estado sucediendo en el presente. Y
con inaudita indiferencia, más que nada por oportunismo
político. Estamos convencidos que se llega a esas renuncias
cuando nunca se tuvo nada sólido en el corazón.
Es que, para estudiar el imperialismo se requiere pasión
y no saber contar “matitas de café”. (...)
El
imperialismo ha sido una realidad tangible en América
Central, durante toda su historia, por más esfuerzos
que hagamos para esconderla. Y tuvo, y tiene, expresiones
muy concretas que tampoco podemos ocultar. (...) Lo triste
de este asunto es que el imperialismo encuentra en nuestros
países una gavilla impresionante de malos magos que
ponen a su servicio las más antiguas artes del servilismo
y de la quiromancia de cabaret. ¡Cuándo será
que los divos de las ciencias humanas entiendan que en América
Central el imperialismo nunca ha dado nada a cambio de nada!
|