Convocatoria
del C.C.O.
“¿Dónde
están los que han de venir a servir a las masas, no
a utilizarlas para sus propias ambiciones?”
Kropotkin
A todos los que todavía
soñamos, a los que no nos ha podido derrotar espiritualmente
este podrido sistema. A quienes siempre admiramos los combates
por la libertad y la justicia: de Espartaco contra el esclavismo,
de los campesinos europeos contra el feudalismo, de Presbere
contra los conquistadores, de Mora y Cañas contra los
filibusteros de ayer, y desde Ludd y tantos otros hasta hoy,
contra el capitalismo industrial.
A todos los que nos quemamos
las pestañas preparándonos para combatir una
sociedad, en donde un perro de ricos vive mejor que un ser
humano en las bananeras de Sarapiquí. A todos los que
madrugamos o no dormimos para despertar las paredes con un
rótulo que no dijera coca-cola. A todos los que hoy
como ayer sentimos como propia la injusticia cometida contra
cualquiera en cualquier lugar (Che). A todos los que creemos
que la política solo es posible con ética y
decir ética es decir renuncia, renuncia
a todas las prebendas y bufonadas del sistema político
burgués, renuncia a participar de los afanes privilegiados
de la corrupción electoral.
Debemos reunirnos para
prepararnos a dar nuestro esfuerzo, nuestra contribución,
con las luchas populares venideras. Convertirnos en verdaderos
animadores de la revuelta, rechazando todas las alternativas
politiqueras y alertando a las masas sobre la traición
de las cúpulas sindicales.
Debemos reunirnos
para que las luchas futuras no se conviertan en el banquete
de los políticos de siempre, de los entreguistas de
siempre. La lucha debe ser hasta el final, el pueblo no puede
estar peor que como ha estado durante todos estos años.
Antes de que sea demasiado
tarde, unámonos los que, por encima de posiciones ideológicas:
demócratas, comunistas, trotskistas, anarquistas, socialdemócratas,
demócratas cristianos; estemos convencidos de la necesidad
de nuestra participación en las futuras luchas populares
y de que solo el pueblo debe tomar la decisión final
de cuando parar. Unámonos los rebeldes, sin apellidos
ni dirigentes.
Que se vayan todos.
Nunca más ningún político sobre nuestras
espaldas. Nunca más un voto por un ladrón o
un aspirante a ladrón.
Es preciso que
la verdad ascienda desde los tugurios porque de lo alto no
se desprenden más que mentiras.
“La rebeldía
es la vida, la sumisión es la muerte.” Flores
Magón
Comité Cívico
de Occidente, abril 2005.
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