Componenda electoral
o movilización popular
Compañeros (as):
En las últimas semanas se ha dado un tanteo
entre algunas organizaciones políticas tales
como el Frente Amplio, Alianza Patriótica, fracciones
del Partido Acción Ciudadana y otros agrupamientos
surgidos de la denominada Comisión Nacional de
Enlace o los patriotícimos enrolados alrededor
de Eugenio Trejos; a propósito de los intentos
electoreros de las llamadas coaliciones alternativas
o de izquierda_ ¿Izquierda?_, en particular del
jolgorio denominado "PATRIA UNIDA".
Es conveniente empaparnos de las polémicas resultantes
del referido jaleo, no para calentarnos la sangre; sino,
para que tengamos una idea de la olla de grillos o la
cueva de saurios que se está formando, entre
ese revuelto de facciones que están pululando
detrás de candidaturas y de las "tajadas"
del corrompido pastel del poder burgués; lo que
queda, después de tanto saqueo corruptela y entreguismo
a las fauces imperialistas, por parte las clases dominantes.
Lo que está claro es la desenfrenada carrera
de grupos, grupejos y grupúsculos de politiqueros,
politicastros y politicoides de toda especie y calaña;
nada más observar nombres, estirpe recontraconocida
de ambiciosos y selecta banda de expertos en candidatearse,
fauna de gruesas escamas y amplia desvergüenza.
Lo más sintomático de esa desorbitada
y delirante trama en pro de una alianza, unidad o coalición
eleccionista, es que, lejos de parecer una tendencia
o una ruta de congruente, armonioso, interactivo, coherente,
honrado, sapiente y perspectivo avance de fuerzas, voluntades
y sentimientos de mayorías, bases y llano pueblo
modelando una propuesta desde sus demandas, tradiciones
y aspiraciones; es decir, desde el surco mismo donde
labra su existencia cotidiana y dibuja sus ideales y
sueños, deviene en una pesadilla donde monigotes,
fantoches y apolillados dirigentes protagonistas de
tantas farsas y patrañas electoreras, arman cascarones
y hacen cábalas en un sainete de desuniones y
ridículos conciliábulos en las alturas,
cocinando la salsa con la que sazonarán el banquete
de las reparticiones, para los invitados a esa cena.
Así es, muy lejos; allá arriba en las
tarimas de las figuraciones y las vanidades personales
rayando en la patología, extremadamente aislados
de las masas populares, de la realidad cruel y la congoja
de los trabajadores, amas de casa, de los labriegos
sencillos y del pueblo en general.
Volvemos a repetir; pretenden seguir jugando a la democracia
mientras el pueblo vive, sufre y muere en su desgracia.
El único camino transitable por el pueblo en
las condiciones políticas y sociales actuales,
es la resistencia, la movilización, la acción
directa, tomar las calles y mostrarle a la oligarquía
autoritaria y vendepatria, al imperialismo, al fascismo
planetario que el pueblo sabe cual es el espacio donde
puede jugar un papel efectivo y determinante en las
decisiones; en el carácter y el trazo de las
mismas y, hacerse del poder real, de las riendas del
futuro, de sus anhelos y su liberación definitiva.
Lo hemos expresado profusamente y lo seguimos agitando,
la alternativa que el pueblo costarricense tiene es
la realización continua de asambleas populares,
ahí donde vive trabaja, estudia y se desenvuelve
diariamente. Empezar a edificar poder popular en forma
autogestionaria, debatir un programa de transformación
social para la nación, resolver las formas de
lucha, definir las acciones a efectuar tanto en el tiempo
como en el espacio y caminar como un torrente de conglomerados
co-convocándose, tejiendo organización
y cohesión social y, sacar la escoba de la dignidad
con la que barrerá la miseria, la inopia, la
alineación, la ignorancia y la opresión.
Comprendamos que los pueblos de América y el
mundo están insurgiendo, se abren paso con el
fuego de la protesta social y la lucha combativa; con
pundonor, coraje, decoro, iniciativa e integridad moral.
Las masas populares y naciones enteras montan en el
corcel de la rebelión, surcan la senda libertaria,
anudan lazos de unidad, integración y hermandad.
En un poema de internacionalismo enrumban hacia el sur,
hilvanan en el horizonte la aurora de la justicia social,
de la libertad, de la felicidad humana, alumbran el
sendero hacia el socialismo, la única alternativa
que tiene la humanidad para el desarrollo, el único
futuro probable que tiene el planeta de subsistir, de
salvarse y de remozarse
Efectivamente; la derrota del imperialismo y la superación
del capitalismo, es decir, el cambio de las relaciones
sociales de producción basadas en la explotación,
la desigualdad, las contradicciones absolutas y la confrontación
de las clases sociales por relaciones sociales fundadas
en la propiedad social de los medios de producción,
en la cooperación, la complementariedad y la
reciprocidad. Construir las condiciones que forjen el
bienestar universal y que hagan de la ayuda mutua y
la idea de compartir lo que se produce y, provenga del
trabajo creativo una vivencia ecuménica y para
el disfrute total. Hacer de la solidaridad sincera y
desinteresada, esa que brota de las manos, de los sentimientos
y del corazón del pueblo sencillo, de la sociedad
justa, de la colectividad profunda; sin esperar nada
a cambio, una realidad inquebrantable.
Se configura una nueva época que viene naciendo
en un parto urgente de muchas facetas entre dolor y
alegrías, entre angustia y utopía, entre
sangre y coraje, entre flujos y reflujos, entre derrotas
y victorias. Década tras década generaciones
de hombres y mujeres han llevado en el alma y el saber
la percepción del cambio inaplazable, y adoptaron
el desafío de la lucha, se prodigaron, combatieron
escribiendo con sacrificio, gestas heroicas, reveses,
enseñanzas, virtudes, equivocaciones y aciertos;
una memoria, ejemplo y un bagaje de erudiciones que
hoy nos hace más fuertes de cara a la insoslayable
tarea de transformar la sociedad.
Los nuevos vientos de ilustración traen un enfoque
de remoción estructural, de revolución
profunda, de cambio auténtico tallado con la
participación del pueblo mismo, desde su epidermis,
sensibilidades y conciencia. Estamos convencidos que
se puede construir unidad desde la llanura, desde abajo
porque ahí está la médula, el contenido,
la columna vertebral de cualquier proyecto político
de cambio o alternativo. Porque estamos seguros vivimos
en el tiempo y ante la obligación histórica
de hablar de transformación, de revolución
sin ambages, sin rodeos y sin blandenguerías.
De lo contrario; como lo hemos afirmado en muchas ocasiones,
las generaciones venideras y la historia no tendrán
misericordia con nosotros, con nuestra cobardía;
por pusilánimes y medrosos.
Entonces dejémonos de tanta demagogia, terminemos
con el merodeo y el cortejo a la prostituida constitucionalidad
burguesa, no más conciliación con la corruptas
instituciones del estado oligárquico y capitalista,
respondamos contundentemente a los poderes hegemónicos,
liquidemos la actitud concertadora con la burguesía,
con las cámaras empresariales y con los medios
de control ideológico dominantes.
¿Queremos alternativas? ¿Pretendemos
impulsar el cambio social y político en nuestro
país? ¿Aspiramos emular a los pueblos
de "nuestra América" que se han enrumbado
por el camino de revolución? ¿Queremos
dar un salto cualitativo y escribir páginas de
patriotismo? ¿Estamos intentando conquistar la
soberanía, la independencia y la autodeterminación?
¿Queremos algún día ser libres
de verdad?
Pues sin más merodeos asumamos entonces el reto,
pasemos a la práctica, demostremos las legítimas
intenciones como revolucionarios y revolucionarias,
desempolvémonos de banalidades y enfermizos vicios
de protagonismo, trabajemos por la causa común,
enlacemos voluntades políticas de verdad.
Aniquilemos la retórica vacía y estructuremos
unidad desde el pueblo sencillo, desde el mismo piso
de tierra. Pero, no hablemos de la unidad como sitio
común del discurso y término de una táctica
hueca. Lo sabemos claramente, en el terreno ineludible
de la diversidad social, política, ideológica,
filosófica y el juego complejo de las ideas debemos
descubrir los puntos, los temas y las líneas
de la confluencia, de la coincidencia, de la convergencia
para la acción.
Desembaracémonos de todo eso que nos obstaculiza
y nos desune; sepamos colocar cada cosa en su lugar
y aboquémonos a construir, caminemos con valentía
y humildad hacia la unidad, forjemos un abrazo indestructible
desde el pueblo sincero con su confianza y vigor.
Entendamos que en el campo de lo electoral seguiremos
hundiéndonos en el pantano nauseabundo de la
burguesía y su práctica sistemática
e histórica de corrupción, servilismo,
autoritarismo, explotación y humillaciones; y
si caemos en esa celada de nuevo, estaremos siendo parte
y cómplices de ese orden político y social
miserable, canallesco, injusto, inmoral, deplorable,
degradante, indeseable y repugnante.
Amplias capas de la población de nuestro país
así lo están haciendo patente con su resistencia
a votar. Se ha demostrado en los últimos cómputos
de las elecciones y consultas manipuladas, viciadas
de nulidad y convertidas en absurdos adefesios de un
indignante sistema electocrático corroído
y en franca bancarrota, el abstencionismo ha crecido
con inflexiones sustantivas.
No más desgaste en la trampa eleccionistica
de la mal llanada democracia representativa, rechacemos
la demagogia politiquera y el engaño despreciable
a nuestro pueblo, digámosle nunca más
al método eleccionario utilizado por las dictatoriales
clases dominantes para perpetuarse en el poder, deslegitimemos
ese modelo pseudemocrático con el que por tanto
tiempo han atropellado la dignidad de la sociedad costarricense.
Digámosle nunca más a ese montaje de
la burguesía y el imperialismo; que llaman elecciones
libres, salgamos al frente a repudiar ese insulto a
la inteligencia del pueblo costarricense, no seamos
encubridores de la decadencia de un sistema político
petrificado y decrépito que se encuentra en el
ocaso pereciendo en sus contradicciones y sus propias
tretas, artimañas y perversiones.
Levantemos las banderas del abstencionismo, promulguemos
la consigna de ¡NO A VOTAR!, no desgastemos nuestras
fuerzas en una faena que en la situación actual
no tiene sentido y que por el contrario estaría
enlodándonos, al meternos en el mismo charco
que le sirve a la burguesía de teatro para utilizar
a las masas todavía sumidas en la ignorancia.
Por el contrario, comprendamos que muchos sectores
populares han despertado, que la Costa Rica de hoy no
es la misma de décadas atrás y que ya
no quiere nada con políticos de campaña
electoral, candidatos mentirosos y funcionarios mafiosos.
No nos enredemos en esos hilos, no nos embarremos en
esa escoria porque el pueblo nos pasará; con
justa razón, la cuenta a quienes sigamos cayendo
en esa celada de participar en la politiquería
burguesa.
De tal forma, orientemos todo nuestro esfuerzo y nuestras
capacidades un una dirección principal, la opción
de la resistencia popular para enfrentar las políticas
antipopulares e impositivas de los sectores hegemónicos
y usurpadores del poder, la falange de tiranuelos, lacayos
al servicio de Washington y la corporatocracia mundial;
los Arias Sánchez y sus secuaces.
Reagrupemos las fuerzas populares y potenciemos la experiencia
de lucha impulsando una campaña demoledora contra
los planes de dominación económica, política
y militar del capital transnacional y del imperialismo
en global.
Caminemos unidos hacia la movilización, la protesta
social y la rebelión popular es el emblema de
ahora, esa es la consigna, esa es la bandera que nos
hará invencibles y que las circunstancias del
momento exigen.
Alcemos la bandera de la unidad y la acción
de una vez por todas, el sentir popular así lo
demanda. Vamos a las calles, luchemos con iniciativa,
lucidez y sabiduría, cambiemos los votos por
barricadas, proclamemos la verdadera democracia la que
el mismo pueblo construye en las plazas, barrios, carreteras,
parques, campos y montañas.
Oscar Barrantes R.
Miembro:
Asamblea del Pueblo
Círculo Bolivariano yamileth López
Febrero 28 de 2009
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