ANEXO
Sobre la “crisis” económica
del capitalismo actual:
Especulación financiera y corrupción*
Dos aspectos relevantes
de la crisis del capitalismo postmoderno, olvidan u ocultan
los economistas neoliberales y neomarxistas: la entronización
de la especulación financiera en toda relación
económica y el clímax de la corrupción
burocrática. Estos dos aspectos prácticamente
no son mencionados en ningún análisis de la
crisis actual del capitalismo, por cuanto contradicen los
postulados de las higiénicas concepciones teóricas
de la economía. Pero, la realidad es que los fenómenos
descritos por Marx como “acumulación originaria
o primitiva de capital”, consistentes en saqueo, piratería,
robo, genocidio, y toda clase de tropelías criminales
para acumular capital; no fueron ni un pecado original del
capitalismo, ni una manifestación primitiva del interés
del capitalista, sino que constituyen parte integral del funcionamiento
de este sistema económico, con su nombre moderno: especulación
financiera. Asimismo, la corrupción burocrática
no es un fenómeno aislado de algunos individuos pertenecientes
a grandes organizaciones públicas o privadas, sino
que también constituye la forma normal de funcionamiento
de la burocracia desde su origen. Y además, ambos aspectos
mantienen una interrelación profunda. El problema para
las corrientes económicas tradicionales sobre estos
dos aspectos básicos de la crisis del capitalismo postmoderno,
es que cuestiona de raíz sus concepciones y sus conclusiones
sobre la economía y la sociedad. De allí que
continuamente hasta el día de hoy han pretendido darle
un carácter circunstancial y no estructural a estos
dos fenómenos.
La especulación
financiera y comercial, en épocas “normales”
del sistema capitalista no es un fenómeno determinante
sobre la marcha del mismo, se trata de una actividad marginal
en cierto sentido, ya que los esfuerzos del capitalista por
aumentar sus ganancias, se concentra en lo que Marx denominó
acumulación de capital, es decir, el aumento de la
productividad, que en el capitalismo tardío se expresa
como revolución tecnológica permanente. Pero,
en época de crisis la especulación envuelve
todas las relaciones económicas: financieras, comerciales,
industriales, agrícolas; tanto en su fase de producción
como en el consumo. Todo el sistema económico gira
alrededor de acciones especulativas, haciendo real la denominación
de Paul Lafargue (yerno de Marx) de que nuestra época
se denominará la edad de la falsificación, por
el carácter de su producción. ¿Cuál
es el elemento más visible de la crisis del capitalismo
postmoderno? Todos responden apresuradamente: la inflación,
pero la inflación no es más que el aspecto más
llamativo de la especulación económica. Esta
es la causa básica de que en las crisis los ricos se
hagan más ricos y los pobres más pobres, es
decir, que las crisis siempre sean para los pobres y para
los capitalistas poco diestros en la especulación o
que son destrozados por los efectos de la globalización.
Crisis para los pobres y doble ganancia para el capital especulativo:
la normal y la especulativa. Solo sobreviven las empresas
que especulan con éxito, no importa el tamaño
o la actividad. Con la especulación financiera las
empresas logran acumular el ahorro social a nivel privado
y para su funcionamiento productivo lo hacen con dicho ahorro
social manejado por los bancos (pensiones, ahorro, seguros,
y otros). De allí que si la empresa es de alta rentabilidad
las ganancias se mantienen privatizadas, pero si la empresa
deja pérdidas, estas inmediatamente se socializan.
Es así como se explica el comportamiento de los capitalistas
frente a las empresas estatales, si son poco rentables se
mantiene su carácter público, pero si son de
alta rentabilidad se procura su privatización. Lo cual
es clarísimo aquí, donde los capitalistas (con
Oscar Arias a la cabeza) andan desesperados hace rato detrás
de telecomunicaciones del ICE. También se explica así
porqué si una empresa privada o pública de alta
inversión fracasa, el Estado corre inmediatamente a
hacerse cargo de sus pérdidas, es decir, se produce
la socialización de dichas pérdidas. No es el
Estado quien las asume es la sociedad. Nada nuevo bajo el
sol: las ganancias son privadas y las pérdidas sociales.
En estas condiciones el Estado únicamente debe intervenir
en la economía cuando así lo decidan los capitalistas
y dirigir la especulación en el mercado financiero
y comercial.
La revaloración
de la especulación económica en el análisis
del sistema en su crisis actual, permite una visión
más precisa sobre su funcionamiento normal. Asimismo
esta revaloración aclararía fenómenos
analizados pésimamente (de manera interesada por supuesto)
por los economistas: caídas de las bolsas, devaluaciones
monetarias, protección comercial y arancelaria y otros.
Esto es de importancia decisiva no como una simple preocupación
intelectual, sino que se constituye en una herramienta para
el combate contra este sistema.
La corrupción burocrática
(estatal y privada) es consustancial al surgimiento de la
organización burocrática sea estatal o privada.
La corrupción es consustancial al surgimiento del Estado,
la organización política de las clases poseedoras.
No se trata de que un funcionario estatal o de una burocracia
privada se corrompa, no es un problema de las personas que
conforman estas estructuras organizativas, en este caso se
trata de un problema consustancial a este tipo de organización.
Este fenómeno, al igual que con la especulación
financiera, se “invisibiliza” en el funcionamiento
normal del sistema capitalista, pero adquiere su relevancia
en esta época de crisis del capitalismo agotado. No
es el problema del pago moderado por algún favor que
no afecta ningún aspecto esencial de la prestación
de servicios públicos, corrupción campechana
si se quiere, que simplemente producía un ingreso extra
al funcionario, especie de salario extra, pero salario al
fin, o sea dinero para consumir. Ahora, en el clímax
de la corrupción burocrática, este fenómeno
adquiere sus verdaderas dimensiones, ahora no se produce un
salario extra, sino que se produce ganancias. De allí
que la expresión externa más notable de este
fenómeno es el intercambio frecuente de ejecutivos
de las grandes empresas financieras en puestos de mando del
gobierno (ministros, presidencias ejecutivas y otros). Se
multiplican los vínculos entre el sector privado y
el estatal de la economía. Capitalistas que por diversas
razones tienen problemas financieros, entran al Estado a recuperarse
de los mismos, se trata entonces verdaderamente de enriquecimiento,
ya no es un ingreso salarial extra, sino recuperación
de ganancias.
Como señalé
antes, estos dos fenómenos van de la mano, la modalidad
más terrible, por sus efectos entre las clases desposeídas,
de la corrupción y la especulación, se refiere
al aumento de la deuda interna y externa, que concluye en
una inflación constante. Cambiando las condiciones
políticas, económicas y sociales, pues como
se ve, empezamos con el robo de fondos públicos, el
saqueo de bancos, de programas sociales, la concesión
de contratos públicos a cambio de regalías,
y llegamos hasta la determinación de las políticas
económicas y financieras del Estado por parte del Fondo
Monetario Internacional y la banca privada internacional.
La especulación financiera y la corrupción son,
entonces, dos aspectos esenciales de la actual fase del capitalismo,
que no habría que denominar como crisis, expresión
engañosa, sino como descomposición, porque retrata
más exactamente su deplorable funcionamiento y sus
nefastas consecuencias a nivel mundial.
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