Arias alerta peligro de personas radicales
Publicado:
2009/09/14 | 07:15 PM
Cartago. El presidente de la República, Óscar
Arias, advirtió esta noche, al recibir la Antorcha de la Independencia,
que en el país hay personas tentadas por el radicalismo y quienes creen
que es tiempo de confrontación social y lucha vengativa de clases.
Sin embargo, el gobernante no aclaró de qué personas o
grupos se trata ni concretó en qué contexto se da ese movimiento
tendiente a la confrontación social.
El planteamiento lo hizo frente a la Municipalidad de
Cartago, donde decenas de personas se concentraron para esperar la tea
transportada en manos de estudiantes desde Guatemala para celebrar los
188 años de Independencia de España.
Arias dijo que “lo más alarmante del caso, es que a lo
interno de nuestro propio país hay personas tentadas por el discurso
radical que recrudece en la región. Hay en Costa Rica quienes creen que
en efecto es tiempo de la confrontación social y de la lucha vengativa
entre las clases.
“Hay quienes creen que en efecto llegó la hora de que
los pueblos se deshagan de sus gobiernos y de sus instituciones,
persiguiendo el espejismo de una sociedad nueva. Tengamos mucho
cuidado. Nos ha costado casi doscientos años construir este castillo a
una distancia prudencial de la línea más alta de la marea. Nos ha
costado casi doscientos años configurar esta realidad que no es
perfecta, pero que ciertamente es mejor que lo que tienen otras
naciones latinoamericanas”, dijo.
Pidió a los costarricenses que no permitan “nunca que
el discurso ideológico ponga trabas al progreso de nuestro pueblo, y en
cambio demostremos que con la razón y con la voluntad, se pueden
construir mejores sociedades que con la fuerza y la imposición”.
Por su parte, el obispo de Cartago, monseñor José
Francisco Ulloa, cuestionó una vez más el proyecto de reforma
constitucional impulsado por 13 diputados para crear un Estado laico.
Esta idea es apoyada por Arias.
Ulloa le recordó al mandatario que hace dos décadas,
cuando gobernó por primera vez, su entonces ministro de Relaciones
Exteriores, Rodrigo Madrigal Nieto, abogó en nombre del gobierno por
una buena relación entre la Iglesia Católica y el Estado.
El obispo dijo que Madrigal defendía que el “Estado
debe estar cerca de la Iglesia porque el Estado está agobiado por los
problemas del mundo”.
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