Pasos para organizar una Asamblea Popular
Pasos para organizar una Asamblea Popular
 

A propósito del 8 de mayo

En julio de 2005, señalé en una asamblea de la Asamblea del Pueblo, aquí en San Ramón:  “Este es un acto de unidad, pero de unidad que se construye desde las bases.  Unidad que se sustenta en la crítica franca y directa, en el debate ideológico y político transparente.  No pretendemos crear más cascarones de unidad, en donde se ocultan las divergencias políticas, donde está ausente la crítica y la autocrítica, donde hay unidad solo en aras de la satisfacción de las vanidades, en aras de los deseos de figurar.  Esos cascarones representan una unidad sin sustento real, sin bases políticas reales,  que se desmoronan ante cualquier tentación que la clase política dominante les ofrezca(...)”  Lo menciono, porque es mi opinión que en la unidad de la lucha contra el mal llamado “tlc”, hoy, es necesario que haya debate político e ideológico, para que nos reconozcamos en nuestra diversidad, aprendamos a respetarnos y dicha unidad pueda perdurar ante el embate del gran capital financiero, que pretende la imposición del tal tratado.

La necesidad de la unidad, hoy más imperativa que nunca, no debe significar no discutir cuando haya discrepancias políticas e ideológicas.  Pero, este debe ser un debate respetuoso, el reconocimiento del otro diferente; ya cuando comenzamos a lanzar etiquetas, a mentir, a omitir, a falsear, ya eso creo que tiene otra significación.  He intentado seguir el debate que se ha abierto respecto al 8 de mayo, que en sí no me parece dañino, lo contrario la discusión debe fortalecer esta unidad, a veces tan frágil.  Intervengo para hacer algunas aclaraciones y reiterar, el principio de tolerancia resumido por Voltaire:  “Odio y detesto lo que dices, pero defenderé con mi vida, si fuere necesario, tu derecho a decirlo.”

El 9 de mayo en la página de la Asamblea del Pueblo (www.asambleadelpueblocr.org), publiqué un artículo comentando lo ocurrido durante la marcha del 8.  A raíz del mismo, un compañero muy estimado, me dijo que el acuerdo de las izquierdas, espacio para la unidad en la acción que se ha pretendido crear, era desfilar con los estudiantes y llegar hasta donde la policía lo permitiera.  Es cierto, y yo no cambié de criterio, lo que señalo en el artículo dicho, es que había posibilidades de llegar a un punto más cercano al Estadio Nacional y que ese clamor de la juventud costarricense se hubiese escuchado en el mismo estadio.  Critiqué la actitud de quien tomó los micrófonos allí y dijo:  “Hasta aquí llega la coordinadora nacional de lucha contra el tlc, quien quiera seguir lo hace bajo su responsabilidad”.  Critico la actitud del dirigente del FIT, que dijo, ante las cámaras de televisión, que habían llegado a un acuerdo con la fuerza pública sobre hasta qué lugar llegar.  Critico la conducción de esa marcha a un callejón sin salida, adrede, complaciente con el gobierno.

Ahora digamos algunas verdades que no se han manifestado en este debate.  Primero, la marcha del 8 de mayo fue convocada por los estudiantes, las izquierdas y algunas organizaciones sindicales.  Sin embargo, su conducción, en los hechos, correspondió a quienes la condujeron al callejón sin salida.  La Coordinadora Nacional de lucha contra el TLC, el acuerdo que tomó fue que apoyarían la marcha de los estudiantes, nada más.  Incluso, alguna dirigente de agricultores dijo que apoyaría con la movilización de dicho sector, cuestión que nunca se produjo.  La Comisión Nacional de Enlace no hizo ninguna declaración al respecto y el Encuentro Popular lamentablemente no existe ya.  Esta es la realidad.

La manifestación espontánea que se realizó en un punto más cercano al estadio, la realizaron grupos de estudiantes de la Universidad Nacional, del Instituto Tecnológico, de la Universidad de Costa Rica, algunos de los manifestantes de San Ramón (no todos), algunos compañeros de Asamblea del Pueblo y algunos anarquistas.  Allí no tuvieron participación ni los trotskistas, ni vanguardistas.  No fue nada planeado, ni se pretendía crear una tragedia, era simplemente expresar nuestro rechazo al tlc y al gobierno ilegítimo, para que lo escucharan los participantes en el circo dentro del estadio.

Discutamos, debatamos, pero, con respeto y tolerancia, conscientes de que la oligarquía financiera nos quiere divididos para aprobar el tratado y una serie de medidas que pretenden culminar los proyectos del neoliberalismo y la globalización.  Debemos mantener la unidad en la acción y discutir respetuosamente.

Jorge Castillo Arias
San Ramón
Mayo, 2006.

 

 

 

 

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