Pasos para organizar una Asamblea Popular
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¿Ane(p)xionados?

Hechos reales:  Primero, en Costa Rica los sindicatos más poderosos, en cuanto afiliados y a sus finanzas, son los sindicatos del Magisterio Nacional y del ICE, seguidos de otros sindicatos de instituciones autónomas.  La ANEP, a pesar de su presencia periodística, no está siquiera entre estos últimos.  Segundo:  en las últimas manifestaciones importantes sucedidas en este país, que han tenido como eje la lucha contra el mal llamado “tlc” con Estados Unidos; la ANEP, o ha tenido una participación minoritaria, o no ha participado.  El jueves 17 de noviembre, la mayor demostración contra el tratado, estuvo integrada en su gran mayoría, por educadores, estudiantes universitarios y trabajadores del ICE; el primero de mayo fue un desfile de sindicatos, partidos de izquierda y estudiantes, donde la presencia de ANEP fue mínima; y el 8 de mayo, una manifestación que desbordó todos los cálculos, de más de diez mil personas, donde ANEP no tuvo ninguna presencia.  Tercero:  han sido los grandes medios de prensa los que continuamente le han estado brindando al secretario general de la ANEP, un protagonismo, como si fuese el interlocutor del movimiento social costarricense; del cual la gran prensa lo ha convertido en vocero y nunca las bases de ese movimiento en todo el país.  Entonces, la pregunta es:  ¿a qué viene su rol de divo social, adornando la primera plana del periódico Ojo?  ¿Por qué el redactor de esa entrevista, califica a ANEP como el “más poderoso movimiento sindical de la actualidad”?  Disculpe, pero, pareciera que dicho gacetillero no ha asistido, siquiera como simple espectador, a las marchas mencionadas.

Insisto, no creo en cascarones de unidad donde no se discute, donde no hay debate político e ideológico.  Creo que una verdadera unidad, sólida en sus cimientos, tiene que darse a través de la confrontación de perspectivas, del reconocimiento de nuestras divergencias y de nuestras convergencias.  Aquí se ha pretendido silenciar todo debate, con el falso argumento de que no debemos gastar energías en discusiones “internas”, de que discutir es hacerle el juego a quienes pretenden imponer el “tlc”.  Y esto ha permitido que la gran prensa, impresa y televisiva, y la clase política dominante, hayan designado, de manera arbitraria y abusiva, quiénes serían los “representantes” del movimiento social costarricense.  Decía un compañero del secretario general de la ANEP, en una reunión, hablando sobre los medios de prensa, “es que siempre andan detrás de nosotros”.  La respuesta del resto de compañeros de la coordinadora nacional de lucha contra el “tlc”, fue un irónico:  “¡Qué raro, la prensa siempre anda detrás de ustedes!”.

Esta estrategia de la oligarquía, de designar, ella misma, quiénes son sus interlocutores dentro del movimiento social, debe ser discutida por el conjunto de organizaciones, personas y colectivos, que formamos parte del mismo.   No podemos seguirla ignorando y permitiendo que algunos “líderes sindicales” se sientan “dueños” del movimiento social y que actúen en representación de nosotros, representación que nunca les hemos dado.  Pareciera que la discusión y la democracia son temidos por estos “líderes”.  ¿Por qué le temen a la discusión pública, política y seria?  ¿Temen perder sus privilegios y sus limpísimas oficinas?

Sin embargo, debo concluir, de la lectura de la entrevista al secretario general de la ANEP, que, a pesar de todo, a la hora de la verdad, la verdad brilló, al confesar que el movimiento contra el “tlc” “se pueda ir de las manos”.  Entonces, pregunto, ¿de las manos de quienes?  ¿De la “dirigencia responsable” que ha designado la oligarquía como “voceros” del movimiento social?  Entonces, estamos salvados, quiere decir que el movimiento social no tiene dueños, como lo han demostrado las últimas manifestaciones contra el tlc.  También, alegra de sobremanera, que dicho señor, en otro arranque de honestidad, responda que él no representa a la izquierda.  Porque no sería bien visto, a estas alturas, alguien de izquierda reuniéndose con el ministro de seguridad pública, en vísperas de duras luchas de los trabajadores y del pueblo en general.

Quiero cerrar con dos citas una del estimado Rodrigo Quesada Monge, sobre el imperialismo (a propósito de “ni alegamos cosas como esas de que los yanquis son imperialistas”, del señor secretario general en Ojo) y otra de Proudhon dirigida a Marx (17 de mayo de 1846), sobre la importancia de la discusión.

Que  alguien hable hoy de imperialismo es un acontecimiento insólito, puesto que el mencionado término ha dejado de ser representativo de una realidad que ahora nadie quiere ver, al menos en Costa Rica.  Ya no es culto hablar de imperialismo cuando se puede decir que la historia llegó a su límite, y resulta “demodé” no darse cuenta que han triunfado irremediablemente el capitalismo y la civilización burguesa.  Por lo tanto, corremos el riesgo de que nos tilden de reaccionarios por utilizar una terminología que algunos consideran innecesaria, “anticientífica”, o de que nos acusen de resentidos.  (...)

No obstante, tememos que a pesar del cinismo en el que muchos han caído hoy, debido a las profundidades de los cambios que se han suscitado, el historiador no puede darse el lujo de descartar así no más, utillajes teóricos,  conceptuales y metodológicos que fueron de gran valor en el pasado, sobre todo cuando se trata de la historia de América Central. (...)

El humanista que se dedica a las investigaciones históricas no debería renunciar tan fácilmente a los aparatos conceptuales, como  ha estado sucediendo en el presente.   Y con inaudita indiferencia, más que nada por oportunismo político.  Estamos convencidos que se llega a esas renuncias cuando nunca se tuvo nada sólido en el corazón.  Es que, para estudiar el imperialismo se requiere pasión y no saber contar “matitas de café”.  (...)

El imperialismo ha sido una realidad tangible en América Central, durante toda su historia, por más esfuerzos que hagamos para esconderla.  Y tuvo, y tiene, expresiones muy concretas que tampoco podemos ocultar.  (...)  Lo triste de este asunto es que el imperialismo encuentra en nuestros países una gavilla impresionante de malos magos que ponen a su servicio las más antiguas artes del servilismo y de la quiromancia de cabaret.  ¡Cuándo será que los divos de las ciencias humanas entiendan que en América Central el imperialismo nunca ha dado nada a cambio de nada!

Busquemos juntos, si usted quiere, las leyes de la sociedad; las formas en que estas leyes se realizan; el proceso según el cual llegamos a descubrirlas, pero, ¡por Dios!, después de haber derribado todos los dogmatismos a priori no pensemos en doctrinar al pueblo a nuestro turno, no caigamos en la contradicción de su compatriota Martín Lutero, quien, después de haber derribado la teología católica, se consagró enseguida, con la ayuda de excomuniones y anatemas, a fundar una teología protestante (...) Aplaudo con todo mi corazón su idea de publicar un día todas las opiniones; hagámonos una buena y leal polémica; demos al mundo el ejemplo de una tolerancia sabia y previsora; pero, por estar a la cabeza del movimiento no nos hagamos los jefes de una nueva intolerancia; no nos presentemos como apóstoles de una nueva religión, fuera esa la religión de la lógica, la religión de la razón.  Recibamos, animemos todas las protestas, condenemos todas las exclusiones, todos los misticismos; no consideremos jamás una cuestión como agotada y cuando hayamos utilizado hasta nuestro último argumento, empecemos de nuevo, si es necesario, con la elocuencia y la ironía.”

Jorge Castillo Arias
San Ramón, Mayo, 2006.

 

 

 

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