Barack Obama: La nueva
faz del imperialismo de EEUU
Por Guerry Hoddersen, Secretario
Internacional
Partido de Libertad Socialista, EEUU
En los Estados Unidos, se acostumbra evaluar el desempeño del
presidente
durante los primeros 100 días, tradición que se remonta a la
Gran
Depresión. Temiendo que el colapso de Wall Street y el enorme
sufrimiento que éste causó, provocaran una revolución socialista en
EEUU, el recientemente elegido presidente Franklin Delano Roosevelt
cerró los bancos por un breve periodo de tiempo. Con la ayuda del
horrorizado Congreso, rápidamente aprobó leyes para ayudar a los pobres,
crear empleos, ayudar a los campesinos y a los propietarios de casas y
para regular a los bancos.
Desde aquella época, los primeros 100 días de un gobierno se utilizan
para evaluar la eficacia de los presidentes.
Desde el punto de vista de la clase dirigente, los primeros 100 días del
presidente Obama fueron espectaculares. Entre otros logros se
encuentran el paquete de estímulo económico de $800,000 millones y la
ayuda hipotecaria para disminuir la inquietud de la clase trabajadora; el
apoyo masivo del gobierno a los bancos y las compañías aseguradoras
para
tranquilizar a Wall Street; la adquisición con apoyo del Gobierno de
la
industria automotriz, la cual destruye los sindicatos y protege los
intereses corporativos; una falsa propuesta para poner fin a la impopular
guerra de Irak y un plan real para expandirla en Afganistán y Pakistán; un
multimillonario paquete para las fuerzas militares; viajes al extranjero
para recuperar a los simpatizantes del imperialismo de EEUU
desanimados
por los ocho años de Bush; y promesas para "arreglar" el
sistema médico con
fines de lucro manteniéndolo más o menos como
estaba.
Sin embargo, a pesar de los arduos esfuerzos del Presidente por salvar
al
capitalismo, con frecuencia los derechistas lo tildan de comunista y los
racistas lo reprenden. Mike Huckabee, un contrincante republicano para
presidente, llamó a los rescates de los bancos de Obama "algo que les
encantaría a Stalin o a Lenin" y advirtió que "está naciendo la Unión de
Repúblicas Socialistas Americanas". Durante una manifestación reciente
de protesta contra el programa económico "socialista" de Obama, el
gobernador de Texas amenazó con dirigir un movimiento de secesión.
Estas acusaciones de comunismo hacen inmensamente feliz a la
ultraderecha
y a los supremacistas blancos pero el presidente Obama
está resultando ser
mucho más parecido a George W. Bush que a un
Bolchevique - o inclusive que
al presidente Roosevelt.
El significado de las elecciones
La elección de Barack Obama fue un importante reconocimiento de que
la
gente no debe ser juzgada por el color de su piel ni por ningún otro
criterio irrelevante - nacionalidad, género, orientación sexual, etc.
Su
importancia radica en su simbolismo.
Sin embargo, la subida al poder de Obama fue una espada de dos filos.
Fue "un gran espectáculo de relaciones públicas", según lo afirmó una
publicación sudafricana. "Su propósito real fue el encargar a un
presidente
de piel obscura que haga todo el trabajo sucio del imperialismo
de EEUU
con la esperanza de que dicho trabajo sucio cause menos oposición y
menos resistencia."
Esta estrategia ha sido muy efectiva, no sólo en la Cumbre de las
Américas, en la reunión de los G20 en Europa, y durante la gira de Obama
en el Oriente Medio, sino también en los EEUU. El Presidente puede no
haber domesticado a su oposición derechista, pero su elección ha
domesticado al movimiento antiguerra, cuyos líderes liberales lo apoyaron
como el candidato de la "paz".
Peleando la guerra al estilo Obama
Entre las primeras cosas que hizo Obama en su cargo fue anunciar la
expansión de la guerra de Afganistán - guerra a la que se opone el 51 por
ciento de los residentes de EEUU y el 64 por ciento de los demócratas.
La expansión de la guerra no ha generado ninguna protesta general
porque
los líderes del movimiento antiguerra mermaron la movilización de
las masas
durante la campaña presidencial y otorgaron su apoyo a
Obama. ¡Ahora
esos mismos líderes no quieren "poner en evidencia" al
primer presidente
negro oponiéndose a sus decisiones a favor de
la guerra!
Obama le está pidiendo al Congreso entre $10,000 y 20,000
millones a
lo largo de los próximos seis o siete años para
entrenar a un ejército
afgano, además de otros fondos para financiar más
tropas de EEUU. La
justificación que esgrime para una guerra mayor se
parece mucho a la de
Bush. Al-Qaeda, afirma, está planeando ataques en
la "patria" americana
desde la zona fronteriza de Pakistán y Afganistán -
área que se ha
convertido "en el lugar más peligroso del mundo para los
estadounidenses".
(¡En realidad, gracias a la pérdida de pensiones,
fondos de jubilación y
casas, mucha gente de EEUU considera hoy día a Wall Street el lugar
más peligroso del mundo!)
El Presidente también está buscando dinero para expandir la no declarada
guerra en Pakistán, la cual incluye redadas de comandos, ataques de
misiles de drones y operaciones secretas de la CIA.
Mientras tanto, su concepción de "terminar" la guerra de Irak es mantener
la presencia de 50,000 soldados e incrementar el número de mercenarios
armados, cuya cifra ha aumentado desde que asumió
su cargo. Según
un informe del Pentágono, en junio había por lo menos
132,610. El mismo
informe reconocía que hay 68,197 "contratistas de
seguridad privados"
en Afganistán.
Con respecto a terminar con la ocupación de Irak,
vale la pena apuntar
que los EEUU aún tienen bases en Europa más de 60 años
después de
la Segunda Guerra Mundial y casi 20 años después del colapso de
la
Unión Soviética. Es absolutamente seguro que EEUU no se va a ir de
Irak en un futuro inmediato, si es que algún día se va, sin una revolución
socialista en uno o ambos países.
El presupuesto militar federal casi se duplicó en los últimos ocho
años.
Ahora Obama quiere incrementarlo otro
2.1 por ciento y agregar casi
100,000 tropas a los marinos y al
ejército.
En lugar de ser el hombre de paz que refleja su estilo relajado y personal,
resulta que el presidente Obama es sólo un belicista imperialista más.
Los abusos contra
prisioneros y la Constitución
La noticia de que Obama tenía la intención de cerrar Guantánamo y de
hacer ilegal la tortura fue causa de celebración pero después han surgido
muchas malas noticias.
Obama sigue ejerciendo el derecho presidencial de hacer lo que
considere
necesario para luchar contra el terrorismo. En lugar de mandar
a su
casa a los prisioneros de Guantánamo, está intentando crear una
nueva base legal para mantenerlos detenidos en
otros sitios. Y la
administración afirma que los prisioneros militares
en Afganistán e Irak,
que han estado detenidos durante años sin cargos, no
tienen ningún
derecho legal para desafiar su encarcelamiento.
El Presidente también se rehúsa a renunciar a la "detención preventiva" y
a la "redención extraordinaria" (la transferencia de sospechosos de
terrorismo a otros países). Como consecuencia de dichas políticas,
ciudadanos y residentes de EEUU así como extranjeros han sido
encarcelados sin cargos y torturados.
Antes de su elección, Obama prometió revisar y publicar los documentos
secretos de la administración de Bush que proveían la base legal de la
tortura. Pero no lo ha hecho. Al contrario, les ha asegurado
públicamente
a los agentes de la CIA que no serían juzgados como
torturadores.
Mientras tanto, el Departamento de Justicia ha intentado
eliminar de los
tribunales las demandas contra la tortura arguyendo que
minan la
"seguridad nacional" - argumento de la era de Bush.
Finalmente, Obama anuló la protección para los empleados federales que
denuncien la corrupción y las malas acciones en el Gobierno -
garantizando de esa forma que el público se mantendrá ignorante.
Los programas sociales en busca de limosnas
Ya que la guerra consume el 40 por ciento del presupuesto de EEUU, los
fondos no alcanzan para servicios sociales esenciales para los pobres y
los desempleados, para la educación pública y el cuidado médico, y para
la asistencia pública para niños, ancianos e incapacitados.
La crisis de presupuesto federal ha afectado gravemente a los estados,
los cuales proveen muchos de esos servicios. Los recortes en los
programas estatales han producido despidos masivos de empleados
públicos, protestas y huelgas de hambre por parte de maestros, recortes
en los servicios para aquéllos que padecen enfermedades mentales y
físicas, y un incremento en el número de campamentos de personas
sin
hogar.
Obama propone resolver esta crisis privatizando la educación,
"reformando" el cuidado médico por medio de las contribuciones de los
trabajadores, disminuyendo la ayuda a las personas de la tercera edad, y
proporcionando ayuda hipotecaria limitada a los propietarios de
casas -
¡y, por supuesto, dando billones y billones de dólares a las
corporaciones
estadounidenses!
Nada de ayuda contra la creciente derecha
El actual clima de escasez económica y el temor acerca del futuro hacen
necesarios los chivos expiatorios. Los inmigrantes, los gays, las
mujeres,
los judíos y la gente de color son el blanco de un resentimiento
que no
procede.
La violencia contra esos grupos aumenta a la vez que los supremacistas
blancos buscan simpatizantes con base en un programa de ultraderecha
que
culpa a los inmigrantes del alto nivel de desempleo, a los gays y
lesbianas
por la "degeneración moral", a las feministas y a los doctores
que practican
el aborto de "matar bebés", y a los judíos de todo.
Hasta ahora, las políticas migratorias de Obama son las mismas que las
de
Bush: militarizar la frontera y deportar a los trabajadores
indocumentados. No ha mencionado nada acerca del asesinato, del
linchamiento, las humillaciones ni las redadas que los inmigrantes han
sufrido a manos de los supremacistas blancos y la Patrulla Fronteriza.
Lo que sí hizo, sin embargo, fue publicar una muy breve declaración
acerca del asesinato del Dr. George Tiller, quien realizaba abortos, de la
misma forma que lo hizo en el caso de Stephen Johns, un guardia de
seguridad negro balaceado en el Museo Memorial del Holocausto.
El apoyo de Obama a las cuestiones de las mujeres se reduce a
contratar a
unas cuantas mujeres para altos puestos: a Hillary Clinton para
dirigir el
Departamento de Estado (otro halcón imperialista, pero que
lleva falda), a
Sonia Sotomayor para ocupar un puesto en el Tribunal
Supremo, a Janet
Napolitano para liderar el Departamento de Seguridad
de la Nación.
Esto no beneficia en nada los derechos ni el bienestar
material de la clase
trabajadora ni de las mujeres pobres.
Obama también se opone al matrimonio de personas del mismo sexo y
apoya
la expulsión del ejército de los homosexuales declarados.
La escasez de soluciones capitalistas
A lo largo de los años, la clase corporativa de los EEUU ha probado varios
antídotos para los males del capitalismo.
El proteccionismo y el "libre comercio" producen guerras comerciales,
"guerras calientes" y un colosal desempleo a nivel mundial. Después de
todas las crisis agudas, los banqueros y los líderes industriales se
sometían a diferentes formas de regulación haciendo, posteriormente, su
mejor esfuerzo por revertirla, estableciendo, así, la base para la siguiente
crisis especulativa.
No importa cuánto busquen, los patrones no cuentan con soluciones
permanentes para las crisis periódicas de sobreproducción y para el
sufrimiento humano que ocasionan.
Y entonces no les queda otro remedio que pelear entre ellos. Hoy día
los
titanes de Wall Street parecen pasar la mayor parte de su tiempo
discutiendo acerca de cómo lidiar con el caos mundial que han creado.
En este momento, con gusto postularían a Lenin para presidente si
pensaran que podría salvar a su sistema.
Pero no fue así...en su lugar, escogieron a Barack Obama - político
apuesto y simpático de Chicago con un breve historial laboral, con actitud
de académico, y con un toque multiétnico. Pero el cambio que prometió
a
su pueblo y sus actos para beneficiar a sus amos corporativos son dos
cosas diferentes. Lo que sí se puede afirmar con toda certeza es lo
siguiente: la crisis social de EEUU está destinada a empeorar y, por ende,
también se fortalecerá la resistencia de la clase trabajadora multirracial y
multinacional de EEUU, la cual apenas acaba de comenzar su
lucha.
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