Más de 650 mil iraquíes han muerto en Irak desde la ocupación
Editorial de LA JORNADA
EU, máquina de muerte
El estudio realizado por la Escuela de Salud Pública Bloomberg, de la
Universidad Johns Hopkins, y divulgado ayer por la revista médica The
Lancet, indica que la tasa de mortalidad en Irak prácticamente se ha
triplicado desde la invasión angloestadunidense, al pasar de 5.5 a 13.3
por cada mil personas; que las muertes violentas, casi inexistentes hasta
marzo de 2003, suman, de entonces a la fecha, más de 600 mil, y que otros
54 mil decesos se deben a factores relacionados con la ocupación militar
extranjera. En suma, la investigación, que se realizó con base en
entrevistas en hogares y en procedimientos estadísticos y demoscópicos,
arroja que la agresión de Washington a Irak ha tenido como consecuencia
el fallecimiento de unas 655 mil personas 654 mil 965 es el número exacto
entre el 18 de marzo de 2003 y el 30 de junio del presente año, decesos
que están "más allá de lo que habría podido esperarse sobre la base de
las tasas brutas de mortalidad previas a la invasión", según indica el
reporte. De las muertes violentas, 31 por ciento más de 186 mil son
atribuibles a las fuerzas extranjeras.
La diferencia entre los números del estudio de la Escuela Bloomberg y los
reportados por otras fuentes, especialmente la iniciativa civil Iraqi
Body Count (IBC, conteo de cadáveres iraquíes), que cifra la cantidad de
muertos a causa de la invasión y la ocupación estadunidense entre 43 mil
850 y 48 mil 693, se explica por las diferencias metodológicas: mientras
que la segunda se limita a consignar los decesos que aparecen en medios
informativos, la primera combinó el trabajo de encuestas en hogares con
una extrapolación estadística aplicada con criterios epidemiológicos. En
diciembre del año pasado, el presidente George W. Bush admitió, en un
discurso, que su aventura bélica había costado la vida a unos 30 mil
iraquíes, número 20 veces menor que el dado a conocer ayer por The
Lancet.
Para poner las cifras en contexto, hay que recordar que los gobiernos
occidentales han denunciado con insistencia las masacres perpetradas en
Darfur, Sudán, que han causado unas 200 mil muertes en un periodo
semejante 31 meses al estudiado en Irak por la Escuela Bloomberg, y que
la intervención estadunidense en Vietnam se saldó con la muerte de unos 3
millones de civiles.
Así cotejado, el costo monstruoso de la invasión y ocupación de Iraq es,
en primer término, una terrible acusación a los gobiernos occidentales y
a sus alegatos "humanitarios": la peor masacre en curso en el mundo, hoy
día, ocurre bajo sus narices, sin que ninguno de ellos haya tenido, hasta
ahora, la voluntad para denunciarla. La hipócrita consternación de Europa
ante la violación de los derechos humanos en países ajenos a su esfera no
se aplica cuando dos de los socios principales de la OTAN asesinan a
centenares de miles de iraquíes o crean las condiciones para que otros
cientos de miles mueran en forma violenta.
Desde otro punto de vista, las 186 mil bajas atribuibles a las fuerzas
invasoras son demasiadas como para que puedan considerarse efecto de
"errores", es decir, "bajas colaterales". Pero son también excesivas para
incluirlas en la descripción de "terroristas extranjeros" empleada por
Washington para referirse a sus objetivos bélicos en Irak. Aun sumando
las categorías de civiles no combatientes y de blancos militares
"legítimos", en la suma no caben tantos muertos.
De estas inconsecuencias se desprenden dos conclusiones que son, de
cierta forma, una sola: por un lado, si las fuerzas angloestadunidenses
han matado 186 mil iraquíes en 39 meses 4 mil 769 al mes, 158 al día,
casi siete por hora, más de uno cada 10 minutos, resulta palmariamente
claro que uno de los propósitos centrales de su misión es, lisa y
llanamente, matar iraquíes; por otro, es evidente que ninguna
"organización terrorista" y ninguna suma de agrupaciones rebeldes habría
sido capaz de sufrir tal cantidad de bajas sin desaparecer; el único
grupo humano capaz de sobrevivir a tal carnicería es la propia población
de Irak, la cual ha perdido, en el curso de esta guerra criminal, 2.5 por
ciento de sus integrantes.
Lo que muestran las cifras referidas es que el mundo asiste a una guerra
en la que se enfrentan una voluntad genocida y de exterminio contra una
decisión nacional de resistencia a los ocupantes, y que el gobierno más
poderoso del planeta ha estado cometiendo, con la complicidad activa o
pasiva de las naciones "civilizadas", un crimen de lesa humanidad
comparable a los genocidios en Vietnam y Kampuchea, y mucho peor que las
atrocidades ocurridas en Bosnia en la década pasada. Vuelve a repetirse,
en suma, lo que, tras la derrota de la Alemania nazi, la comunidad
internacional se prometió a sí misma no permitir nunca más.
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Redefinir la política en el país árabe, plantean influyentes líderes
republicanos
Más de 650 mil iraquíes han muerto desde la ocupación; eso "no es
creíble": Bush
DAVID BROOKS CORRESPONSAL
Funeral de dos de las víctimas mortales que provocó el estallido de un
coche bomba en un mercado de Bagdad el pasado martes. La ceremonia se
realizó en la ciudad de Najaf Foto Reuters
Nueva York, 11 de octubre. Ante noticias de que han muerto 20 veces mas
iraquíes de lo que la Casa Blanca ha admitido, que las tropas
estadunidenses tendrán que permanecer por otros cuatro años en Irak y que
una mayoría cada vez más amplia de estadunidenses consideran que la
guerra es un fracaso, el presidente George W. Bush fue obligado hoy a
reiterar que no hay otra opción más que prevalecer en su "guerra contra
el terror".
Bush intenta retomar la ofensiva política en varios actos -incluida su
conferencia de prensa esta mañana en la Casa Blanca- para tratar de
responder al desplome de apoyo de sus políticas en la opinión publica, al
creciente coro de políticos de su propio partido, así como de voces de
altos mandos militares y a las propias noticias desde el frente de la
guerra que, en suma, indican que el comandante en jefe y su equipo
podrían sufrir no sólo una derrota en el ámbito político sino en el mismo
campo de batalla.
Las noticia de que 654 mil 965 iraquíes han muerto como resultado de la
guerra desde que Estados Unidos invadió su país en marzo de 2003 -esto es
20 veces más que lo reconocido por el gobierno estadunidense en diciembre
de 2005- nutrió el pesimismo que ahora impera en este país sobre la
guerra en Irak.
Según el nuevo informe elaborado por médicos en Irak, en colaboración con
expertos de salud pública de la Universidad Johns Hopkins con la
cooperación del Massachussets Institute of Technology, la cifra de
muertes de iraquíes por violencia -balas, bombas y bombardeos aéreos-
alcanzó más de 601 mil entre marzo de 2003 y julio de 2006. El resto de
las muertes son atribuidas a consecuencias de la guerra. El informe será
publicado el 14 de octubre en la revista británica The Lancet, una de las
publicaciones médicas más respetadas del mundo.
El presidente Bush desestimó hoy el informe, al considerar simplemente
que "no es creíble", y señalar que la metodología no es confiable. No
profundizó sobre el asunto, y rehusó ofrecer sus propios cálculos, sólo
dijo que "mucha gente inocente ha muerto" y que "sin duda, es violento".
Pero lo que no es tan fácil de descartar son las crecientes pruebas de
que el "triunfo" prometido en Irak está cada vez más lejos, y que el
público cree cada vez menos que ese objetivo se podrá alcanzar, o si vale
la pena intentarlo.
Todas las encuestas recientes registran que una mayoría desaprueba la
guerra en Irak y que la seguridad no ha mejorado en los últimos años.
Pero tal vez aún más peligroso para la Casa Blanca es que figuras claves
dentro de su propio partido ahora se suman a un coro disidente, y aunque
aún no hay una rebelión abierta, a veces parece que algunos generales y
políticos están cerca de abandonar al comandante en jefe. Varios ex
generales y almirantes han expresado durante meses que la aventura bélica
es un desastre y analistas reconocidos junto con comentaristas que antes
apoyaban la guerra ahora han decidido que ha sido "un error". Pero esta
última semana hubo mayores indicaciones de que Estados Unidos enfrenta
una derrota en el campo de batalla.
El presidente del Comité de Fuerzas Armadas del Senado, el republicano
John Warner, declaró que la situación en Irak podría requerir un "cambio
de curso" si la violencia no es reducida. "En dos o tres meses si estas
cosas no han dado frutos y este nivel de violencia no está bajo control,
creo que es responsabilidad de nuestro gobierno determinar la posibilidad
de tomar un cambio en nuestro curso", comentó en el Capitolio al regresar
de un viaje a Bagdad. Warner no sólo es uno de los legisladores
republicanos más influyentes por su puesto y trayectoria, sino que fue
secretario de la Marina, y tiene nexos muy cercanos con los altos mandos
militares en este país. El no habla por sí solo, coinciden todos los
observadores.
En tanto, una de las figuras más influyentes dentro de la cúpula
republicana también, James Baker, señaló que se están buscando
alternativas a la política actual en Irak, que incluyen iniciar pláticas
directas con Irán y Siria en la región. Baker fue el secretario de Estado
del padre de Bush, y ha ayudado a la familia de éste en varios momentos,
como la elección disputada en 2000. Baker, quien encabeza un grupo de
estudios bipartidista sobre la política en Irak, ha señalado en
entrevistas con medios aquí que existen algunas opciones para redefinir
la política actual y que ha sostenido diálogos con el presidente y sus
asesores.
Durante las últimas semanas ha sido un secreto a voces en Washington que
un número creciente de políticos republicanos está abogando por un
"cambio de curso" en Irak y, en los últimos días, esta inquietud es ahora
pública.
El jefe de la Casa Blanca, obligado a hablar de "ajustes"
De hecho, Bush tuvo que abordarlo hoy en su conferencia de prensa, cuando
se vio obligado a declarar por primera vez que "si el plan no está
funcionando, hay que ajustarlo", respecto de la guerra en Irak.
Las últimas semanas han puesto a Bush y su equipo a la defensiva, a pesar
de varios intentos para revertir las percepciones negativas sobre el
manejo de esta guerra. Hoy el presidente intentó una vez más proyectar
una imagen de confianza, control y firmeza. Trató de re-enfocar la
atención publica sobre los temas de la seguridad y la economía, y reiteró
sus argumentos de que la guerra contra Irak es necesaria para defender a
Estados Unidos, ya que "si nos retiramos, ellos (los terroristas) nos
seguirán hasta aquí, en casa".
Pero no cesan las noticias de que la situación empeora. Cuando la
secretaria de Estado, Condoleezza Rice, realizó su visita sorpresa a
Bagdad para enviar un mensaje optimista sobre la guerra hace unos días,
su avión no pudo aterrizar durante 35 minutos por disparos en la zona del
aeropuerto. El número de tropas estadunidenses heridas llegó a su nivel
más alto en casi dos años, reportó el Washington Post, con 776 soldados
estadunidenses heridos en septiembre. Casi 300 más fueron heridos en la
primera semana de octubre. Más de 20 mil tropas estadunidenses han sido
heridas en combate desde el inicio de esta guerra. Por lo menos 647
contratistas civiles que trabajan en apoyo de las operaciones militares
estadunidenses han muerto hasta la fecha en Irak, reportó la agencia
Reuters esta semana. Uno de cada cuatro veteranos del las guerras de Irak
y Afganistán están solicitando asistencia federal para discapacitados,
reveló el National Security Archive ayer.
Mientras, el jefe del ejército, Peter J. Schoomaker, informó que hay
planes de contingencia para mantener el nivel actual de tropas
estadunidenses en Irak hasta finales de 2010.
La ola de pruebas de que la política bélica en Irak y Afganistán fracasa
mientras que aquí en casa cada vez mas escándalos de corrupción política
y -al parecer lo más imperdonable- de sexo, han debilitado al presidente
y a sus aliados en el Congreso a tal nivel que, por ahora, se pronostica
que la Cámara baja podría pasar a manos de los demócratas y que la
mayoría republicana en el Senado está en juego. Eso podría poner en jaque
los últimos dos años de la presidencia de Bush.
http://www.informationclearinghouse.info/article15267.htm
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